"¿No se dan cuenta que están jugando con nuestra vida? ¿Qué hago yo si suspendo este examen?, ¿quién me va a contratar sin el graduado? Si de verdad pensasen en el alumno, esta ley sería un mero chiste". El enfado inicial de muchos jóvenes como Yaiza Yuste tornó en un estado de pasividad. "Sé que con estas manifestaciones no cambiarán nada, pero no soy capaz de quedarme en casa y no hacer nada". Un mal día, una mala noche o una enfermedad alejaría a multitud de alumnos con grandes expectativas de la posibilidad de ampliar sus estudios y los condenaría a buscar su futuro en otra dirección. Por estos y muchos otros motivos, cientos de escolares, jóvenes, padres y colectivos tomaron las calles de Vigo en dos grandes concentraciones en las que dejaron claro su "no" a la Lomce y al nuevo modelo de reválidas.

A poco más de dos meses del inicio del curso escolar, la primera manifestación estudiantil dejó frases y lemas que solo alimentan la negativa de los jóvenes y asociaciones hacia esta ley de Educación, como es el caso de la viguesa Cristina Torres. Su hijo todavía tiene cuatro años y es posible que no se encuentre con esta ley a su llegada a primaria. Su madre quiere evitarlo cuanto antes. "No quiero que mi hijo se eduque bajo la Lomce. Esto hay que arreglarlo desde ya. Con este sistema tendremos una educación más elitista, más individualizada, que pondrá a muchos contra la espada y la pared en un futuro", comenta esta madre.

Misma idea maneja Juan Merlo. Su hijo sí cursa la E.S.O. y ya comprobó lo que es enfrentarse a una reválida. "Hablo desde la experiencia. Estos exámenes tienen valor cero. Si en función de los resultados, se ofrecieran más medios para los centros me parecería una buena idea, pero no aporta nada positivo, solo negativo; favorece una educación elitista con la que no estoy de acuerdo", sostiene este vigués en la concentración organizada por Foampas y la Plataforma Galega en Defensa do Ensino Público.

Los futuros profesores tampoco apoyan este modelo educativo, hasta el punto que algunos se están replanteando su vocación. "Se me quitan las ganas de ser profesor con una ley así. Es totalmente injusta, discrimina y margina a muchos alumnos y nosotros como profesores no lo vamos a consentir", explicaba un grupo de estudiantes de Magisterio, también presentes en la concentración.