Una breve vista de conformidad puso fin ayer al proceso judicial abierto por el trágico accidente ocurrido en julio de 2014 en las proximidades de una pequeña cala de A Guía, en Teis, cuando el patrón de una lancha de pesca arrolló mortalmente a un bañista de 45 años que nadaba en esa zona. La Fiscalía pedía inicialmente 3 años de cárcel, pero las negociaciones entre las partes concluyeron con un pacto que rebajó notablemente la pena. Así, en la comparecencia en el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo el acusado, Jesús Villar, aceptó 6 meses de prisión que se le sustituirán por el mismo período de trabajos en beneficio de la comunidad. Ello como autor de un delito de homicidio por imprudencia grave en el que se le tuvo en cuenta la atenuante de reparación del daño. El fallecido, Marcos Castro Cabaleiro, estaba divorciado y tenía dos hijos menores. La indemnización para la familia se fijó en 185.000 euros: 175.000 serán sufragados por la compañía de seguros Mapfre en su calidad de responsable civil directa y otros 10.000 por el propio condenado, que abonará en plazos mensuales de 300 euros hasta completar la cantidad.

"Ha sido un acuerdo favorable para todas las partes; [mi cliente] reconoció la responsabilidad del accidente", valoraba Guillermo Presa, abogado defensor del acusado, al término de la vista. Una de las razones que permitieron suscribir la conformidad fue que la aseguradora aceptó finalmente la cobertura, una cuestión sobre la que existían "dudas jurídicas", según expuso el mismo letrado. En el escrito provisional de la Fiscalía se abordaba esta cuestión, estimando que la compañía sí debía pagar. El Ministerio Público esgrimió que la embarcación tenía concertada la póliza de responsabilidad civil con Mafre, y ello porque la resolución por "impago" de la primera prima no constaba notificada "fehacientemente" al acusado.

Desde A Lagoa

El accidente ocurrió el 2 de julio de 2014. El acusado, que se dedica a pesca y marisqueo, navegaba con su lancha No se, de 5,6 metros de eslora y motor de 25 caballos. Con él iba un amigo mecánico, que en la actualidad vive en Suiza y, de haberse celebrado el juicio, habría tenido que declarar por videoconferencia desde un tribunal de aquel país. El fiscal sostenía en su escrito que el piloto salió del puerto de A Lagoa "a gran velocidad y sin respetar el canal de navegación de entrada y salida al puerto delimitado por espeques (postes de hierro)".

Así, se adentró "en la zona de baño" de una cala próxima "sin aminorar su marcha ni adoptar la más elemental vigilancia exigible en evitación de riesgos", sin darse cuenta de la presencia "en su trayectoria" del bañista, "omitiendo las señales y gritos que éste y los restantes usuarios de la playa le dirigieron". En estas circunstancias, arrolló a la víctima. La hélices y la quilla de la motora lo golpearon y falleció.