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"Pelican", el devorador de basura

Una embarcación recorre cada día las dársenas del Puerto para recoger los residuos que flotan en el mar - El año pasado retiraron 39 toneladas de plástico, madera o corcho

VÍDEO | El "Pelican" que cuida la ría de Vigo. // Andrea Nogueira

A las ocho de la mañana el Pelican Mil Once abandona su base en el Puerto Pesquero de Bouzas. Su ruta le lleva cada día a recorrer las dársenas de la costa viguesa en busca de la basura que se acumula en ellas. Engulle "todo lo que flota en el agua", sintetiza José Collazo, encargado del buque junto al patrón, Alfonso Laranda. El año pasado sacaron del mar casi 40 toneladas de residuos.

Su nombre proviene de la forma de su proa: dos grandes pinzas que terminan en una bolsa metálica, donde guarda los desperdicios, y que trae a la memoria la figura de un pelícano. Su color naranja resalta entre el resto de barcos y su peculiar forma le sirve para escudriñar esquinas de muelles y pantalanes. Sobre la lámina de agua flotan botellas de plástico, maderas, corcho, también cartones y algas. Son los materiales que más abundan, pero aparecen residuos orgánicos, chatarra y aparejos de pesca. Incluso sillas y mesas de plástico se han encontrado.

El Pelican se acerca a las balsas de basura y las absorbe hacia su interior gracias a las tenazas de proa, que abre y cierra. Collazo empuja con un ganapán la basura para ayudar a que el barco la succione hacia una pala sumergida. A un gesto del operario, Laranda sube el cazo y lo vacía en un contenedor de metal.

De lunes a viernes y desde las ocho hasta las dos de la tarde este es su trabajo. La jornada es un indicativo de que la cantidad de desperdicios que se genera es excesiva. En 2010 se sacaron del agua 46 toneladas, en 2011 se redujo hasta 33 gracias a varios planes implantados desde la Autoridad Portuaria. Pero desde entonces ha ido fluctuando arriba y abajo y el año pasado se volvió a acercar a las 40 toneladas.

Los desperdicios que se acumulan en las dársenas provienen de lo que los particulares tiran al mar, bien desde tierra o desde sus embarcaciones, y de lo que los buques mercantes o de pesca arrojan a consecuencia de su actividad. Además, las corrientes provocan que gran parte de los deshechos que se generan al otro lado de la ría, en Cangas y Moaña, acabe varando en este lado de la costa.

El Pelican no solo está preparado para terminar con los sólidos, sino también con vertidos líquidos, como aceites o hidrocarburos de los barcos, un vertido habitual que se produce por imprudencia o irresponsabilidad. El modo de atacar la suciedad es similar al de la basura sólida, atraer la mancha con succión. Después, la embarcación filtra el líquido a través de unas laminas que solo retienen las sustancias contaminantes y dejan pasar el agua, devolviéndola renovada.

Una vez acumulados los residuos, son llevados a tierra, donde el gestor los recoge y transporta hasta la planta de procesado. Aquí se separan por tipos. El año pasado en el Punto limpio se clasificaron más de 23 toneladas de poliexpan, 151 toneladas de madera y más de 67 toneladas de plásticos.

Si es posible, la basura se revaloriza para ser vendida a otras empresas. El 2015 este fue el destino del 66% de lo recopilado. Las redes de pesca son el material que más se incrementó en la valorización, pasando de 7,8 toneladas en 2014 a 22 en 2015. Le siguen el papel y el cartón y la chatarra.

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