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La imagen del Cristo abandona la Concatedral. // E. Villanueva

Cientos de miles de vigueses (200.000 según cifras que manjea la organización) han retado esta tarde al calor para demostrar su devoción al Santísimo Cristo de la Victoria. Como todos los primeros domingos de agosto la imagen salió de la Concatedral viguesa e hizo su tradicional recorrido por las calles del centro de la ciudad y el Casco Vello. La procesión del Cristo de la Victoria arrancó muy puntual, poco antes de las 19.30 horas. Después de que sonase el himno nacional, la imagen del Cristo inició su travesía junto a una legión de procesionarios, armados con sus cirios y sobre todo, de sus abanicos que ayudaron a soportar las temperaturas cercanas a los 34 grados.

Los primeros pasos de la procesión fueron a ritmo lento. La estrechez de la calle Real provocó el embotellamiento inicial de la marcha del Cristo. Pasadas las 20.00 horas la imagen llegó a O Berbés, lo que permitió que la profesión avanzase más fluida a pesar de que una cola de miles de personas todavía seguía la caminata por el Casco Vello. Poco antes de las nueve, las decenas de miles de persona llegaron en compañía de la imagen a las inmediaciones del Hotel Bahía.

Un grupo de mujeres vestidas con el traje tradicional gallego encabezaron la procesión a su llegada a Porta do Sol, punto final del largo paseo de la imagen por toda la ciudad, poco después de las 22.00 horas. Finalmente fueron poco más de dos horas y media de una procesión en la que una vez más los vigueses no fallaron y abarrotaron el centro para mostrar su cariño al Cristo de la Victoria.

Esta mañana prosiguieron los actos de las fiestas de Vigo, con la misa oficiada por el obispo de la diócesis Tui-Vigo Luis Quintero Fiuza en La Colegiata. El Cristo, que hoy será el protagonista de la procesión, lleva preparado desde que ayer los costaleros procediesen a su descendimiento para que la imagen quedase instalada por unas horas junto al Altar Mayor.