La idea de comunicar por tren Vigo, Porriño y Mondariz nació en 1887. Fue a partir de entonces cuando se comenzaron a desarrollar múltiples proyectos. Casi todos chocaron con problemas económicos y burocráticos. Enrique Peinador fue el que más trabajó para que se llevara adelante. Y lo logró en 1911, cuando el Gobierno aprobó en su reunión del Consejo de Ministros la autorización para comenzar los trabajos. Meses antes se había constituido una sociedad, en la que Enrique Peinador era uno de los principales accionistas. Su desafío es crear un medio de transporte rápido que llegara hasta Mondariz. Con ello fortalecería la asistencia a su ya famoso balneario. Podría acoger a más personas e incluso promocionarse fuera de Galicia y de España. Se aprovecharía de las magníficas comunicaciones marítimas que existían en el puerto de Vigo, considerada como la "puerta de Europa".
El tranvía nunca llegó a Mondariz. Fue imposible. La línea se quedó en Porriño. Partía de Cabral, ya que así se podría enlazar con los tranvías que circulaban por Vigo. Las obras duraron nueve años. Las dificultades fueron enormes. Incluso las obras estuvieron paralizadas por la guerra. Los trabajadores se encontraban con numerosas dificultades, como la poca solidez del terreno o los grandes desniveles, sobre todo en la bajada desde Puxeiros. También muchos vecinos se oponían a su construcción. A los muelles del puerto vigués llegaba el material necesario. Todo el hierro se transportaba desde Bilbao.
Los promotores no cesaron en su empeño, a pesar de que la sociedad creada para realizar la iniciativa cambió de accionistas varias veces. Según los datos oficiales, se invirtió un total de 4.229.069 pesetas en la construcción. De ellas, 108.029 pesetas fueron destinadas a pagar las expropiaciones, 553.621 para el desarrollo de la vía y 443.933 para diverso material.
En el mes de marzo de 1920 se inauguró el trayecto hasta Porriño. Las autoridades se subieron a los cuatro tranvías de 24 plazas cada uno que se utilizaron en la primera fase. El recorrido partía de Vigo y tenia estaciones en Calvario, Seixo, Pardavila, Escuelas Nieto, Cambeses, Peinador, Dornelos, Tameiga, Petelos y Mos antes de entrar en Porriño. La duración del trayecto era de casi dos horas.
La llegada de los viajeros a Porriño fue un gran acontecimiento. Se reunieron centenares de personas, según las crónicas de la época. Actuaron tres bandas de música y después se organizó un gran banquete. El regreso fue complicado. Un fuerte temporal retrasó el mismo y los tranvías tuvieron dificultades para llegar a Vigo. Las máquinas funcionaban con la electricidad que suministraba la empresa Electra Popular de Vigo y Redondela. Tenía dos subestaciones para atender el servicio, una en Peinador y otra en Mos.
Se iniciaba una nueva etapa en las comunicaciones en la comarca. Pero el plan era más ambicioso. Se quería llegar a Mondariz. En Porriño comenzaba una nueva línea que pasaría también por Ponteareas. Pero quedó en el olvido. El principal obstáculo fue superar el Confurco. Se inició la construcción de un túnel de un kilómetro para superar el desnivel. Pero nunca se terminó. Se empezó a construir por ambos lados, pero nunca se encontraron por un error técnico. También se mantiene la teoría de que había mucha agua, por lo que la estructura era inestable. Diversos documentos afirman que se produjo un accidente que provocó varios muertos. Estos inconvenientes descartaron la unión con Mondariz.
También existió el proyecto de llevarlo hasta Tui. Pero no prosperó. En 1926 comenzó a funcionar el que unía Vigo con Baiona, que contó con el respaldo de poderosos empresarios y también un decidido apoyo de las instituciones públicas. El tranvía hasta Porriño fue considerado en su época como un ejemplo de prosperidad. La actividad se mantuvo hasta 1967, año en el que se cerró la vía. Fue la antesala del transporte metropolitano.
