Discapacitados, ayer, en una parada urbana. // Adrián Irago

Un grupo de personas con discapacidad que se desplazan gracias a sillas motorizadas se manifestaron ayer ante el Instituto Santa Irene para reclamar a la concesionaria de transporte urbano, Vitrasa, y al Concello de Vigo, que busquen una solución para que puedan acceder a los autobuses con sus scooters.

Vitrasa explica que la normativa actual impide que vehículos motorizados puedan subir a los autobuses por motivos de seguridad y señala que, "en estos momentos se está debatiendo en todo el sector el tema para tratar de buscar una solución". Insiste en que "es un problema que trasciende a una empresa o a un Ayuntamiento ya que los sistemas de seguridad deben ser homologados". De hecho, el Concello ha decidido plantear este problema ante la Federación de Municipios y Provincias (FEMP). Mientras, trabaja en "una posible alternativa".

La concesionaria destaca que no tiene "ningún inconveniente en permitir el acceso de este tipo de sillas siempre y cuando exista una normativa que lo avale". Algunos de sus conductores, por desconocimiento de esta regla o pena, sí les permiten acceder. "Es como una lotería", cuenta Elena Suárez, que conoce a más de veinte afectados en la ciudad. Denuncia que muchos de ellos, con pequeñas pensiones, tienen que pagar taxis para ir al hospital. La escasa autonomía de sus vehículos eléctricos les impide largos desplazamientos.