Poco después de que el Álvaro Cunqueiro abriera sus puertas y el Meixoeiro asumiera sus nuevas funciones en el área sanitaria, los profesionales empezaron a manifestar su malestar por lo que consideraban una "infrautilización" del hospital. Su descontento fue creciendo y, en enero constituyeron el colectivo SOS Meixoeiro, que en marzo reunió a más de 2.000 personas en un abrazo al Meixoeiro. Un nivel de ocupación que ronda el 50% de su capacidad de hospitalización y el cierre de alrededor de un centenar de camas, han vuelto a caldear los ánimos y la plataforma y la junta de personal del Chuvi han convocado para mañana una nueva protesta. Ante esta situación, el gerente del área sanitaria viguesa, Félix Rubial, ha tratado de aplacar el descontento con dos asambleas. La primera, el lunes, con los jefes de servicio y supervisoras de Enfermería con presencia del centro. Ayer, con el resto del personal.

El salón de actos del hospital se llenó ayer para acudir a la reunión que Rubial convocó bajo el título de "Presente y futuro del Meixoeiro" y a la que acudió acompañado por el director de Procesos asistenciales, Julio García Comesaña, de la directora de Procesos con ingreso, Mar Vázquez, y la directora de Enfermería, Pilar Reza. A través de un comunicado, el gerente explicó que su objetivo es "ofrecer información directa, veraz y transparente y, así, despejar duda" y garantizó que el centro es "fundamental" para el área sanitaria.

Contra las acusaciones de "desmantelamiento del centro", esgrimió que concentra dos tercios de las operaciones del Chuvi -sin ingreso o de corta estancia- y que existe gran actividad de consultas en horario de mañana. Además, enumeró los servicios y unidades instalados en exclusiva allí, como radioterapia, Medicina Nuclear, Dermatología, la Unidad de Mama o paliativos, entre otros.

Sobre el cierre de camas, sostuvo que sucede todos los veranos, que se abrirán si se necesitan y que, en la actualidad, no hay escasez. Avanzó que a las enfermeras de las plantas cerradas se les ofrecerá ir a centros de salud. Con respecto a la baja ocupación del Meixoeiro, defendió que el problema de las listas de espera no es una cuestión de uso de camas sino de quirófanos y resaltó que, en el primer cuatrimestre, el hospital duplicó sus cirugías. Entre los planes futuros, recordó que hoy empiezan las obras para adecuar los vestuarios y la zona de recepción de quirófanos. Anunció una nueva reforma de fachadas y cubiertas en verano, aún no licitada.

Sus intervenciones estuvieron salpicadas de abucheos y se enfrentó a peticiones de dimisión coreadas. Las principales críticas que le lanzaron los trabajadores se centraron en el laboratorio y la central de esterilización. El primero, por los problemas de "hacinamiento" en las instalaciones provisionales en las que están trabajando hasta que se monte el central [que se prevé licitar en otoño]. El segundo, por la "sobrecarga" de trabajo del personal y las "presiones" que aseguran que están recibiendo, lo que se ha traducido en que alrededor de la mitad de la plantilla esté de baja. Pidieron apoyo en forma de más contrataciones y la Dirección reconoció que es posible que necesiten refuerzos en el turno de noche. Prometió una ubicación alternativa para las pruebas de glucosa en embarazadas, tras reconocer que no reúne las condiciones adecuadas. Con los mandos intermedios también se comprometió a mejorar el transporte entre hospitales, en especial, de noche.