Aunque en apariencia las 22 bañeras de hormigón de 85 toneladas cada una que cubren Tribuna son iguales, existen ligeras variaciones en sus medidas que están demorando unos días el desmontaje. Los ingenieros que realizan el control de toda la operación afinaban ayer el diseño del sistema de izado de las gigantescas góndolas tras una medición detallada de todas ellas que reveló que no son exactamente iguales.

"Son pequeñas variaciones y se están haciendo los ajustes porque el soporte tiene que servir para retirarlas todas", comentaba ayer el arquitecto Pedro de la Puente, director de la obra y autor del diseño del nuevo Balaídos.

Las bañeras, que datan de 1969 -cuando se reformaron Marcador, Gol y Tribuna- se sujetarán con un soporte a modo de cama para levantarlas individualmente como si fuesen un barco con la supergrúa que permanece instalada desde el viernes en el exterior de Tribuna. Inicialmente se iban a izar con cadenas a través de agujeros perforados en las columnas de hormigón, pero la consistencia del material en algunos puntos no es la esperada. En los primeras maniobras se descomponía a medida que aumentaba la carga.

Las obras de la reforma de Tribuna relacionadas con la cubierta apenas registraron avances ayer a la espera de que llegue la estructura de soporte, que se fabricará en Vigo. Hoy podría reanudarse la operación, aunque no es seguro que dé tiempo. El coste diario de mantener la supergrúa en Balaídos es muy elevado y la nueva cubierta tiene que estar instalada para el comienzo de la próxima temporada de Liga. No obstante, toda la operación debe estar ajustada al máximo para garantizar la seguridad de la maniobra. Por ahora no se prevén retrasos importantes.

Las bañeras, una vez depositadas en tierra, serán demolidas al pie del estadio. La primera de ellas hace esquina con la grada de Marcador y a partir de ahí se seguirá hasta desmontar la que linda con Gol.