La grúa más grande de Galicia quedó montada ayer frente a la grada de Tribuna del estadio Balaídos. El lunes comenzará a desmontar la cubierta de cemento que cubre los ya inexistentes palcos. El proceso para retirar las 22 bañeras es de gran complejidad y ha sido formulado a lo largo de cinco meses.

Ayer los operarios se afanaron en dejar la grúa a punto. Durante todo el día ocho camiones de grandes dimensiones llegaron paulatinamente al estadio transportando las piezas necesarias para su montaje: 160 toneladas de contrapesos y 25 metros cuadrados de planchas que sujetarán los cuatro pies de la grúa. Sin esta superficie de apoyo, "la máquina podría hundir el propio suelo", explica el gruista, Tucho.

Cuando el lunes la supergrúa arranque con su trabajo, tendrá que levantar 85 toneladas de peso por cada bañera, un peso liviano si se tiene en cuenta que puede soportar 650 toneladas. Cada pieza ya ha sido perforada para que, una a una, la pluma de la grúa la abrace con cuerdas y cadenas. "Después se tira un poco de la pieza y hay que terminar de cortarla para que se suelte de las otras", explica el gruista. Afirma que es un proceso muy "complicado" en el que no puede haber imprevistos. "La seguridad es muy importante".

Cada día deberían retirar dos bañeras, una por la mañana y otra por la tarde, para que el proceso esté terminado en 15 días. Los bloques de hormigón serán desechos allí mismo para ser después trasladados por una empresa especializada en la gestión de escombros.

Mientras se producía el montaje de la grúa, el estadio seguía adelante con su transformación. Los palcos de Tribuna ya han desaparecido, en su lugar, lo operarios desmantelaban las instalaciones y un camión recogía los resto de escombros. Balaídos se prepara para su nueva cara.