A finales del siglo XIX las sociedades agrarias surgieron como brazo protector de los trabajadores del Campo. Su fuerza tomó tal envergadura que en 1914 un grupo de asociados agrícolas ganó por primera vez en Galicia el Gobierno de un Ayuntamiento. Los vecinos de Lavadores derrotaron a los candidatos caciquiles y se convirtieron en una unión política. Dentro de aquel Gobierno histórico estaban miembros de la asociación agrícola de Valladares, constituida un año después. La parroquia celebró ayer el centenario de su nacimiento y de la asociación que les dio continuidad tras la Guerra Civil, la Irmandade de Labradores, origen de la asociación vecinal que existe hoy.

"La sociedad agraria de Valladares estaba menos politizada que otras de la zona,se dedicaba más al control del pastoreo, vigilancia de ganado y reparto del monte comunal que el Ayuntamiento les cedió a los vecinos en los años 20 durante un periodo de 75 años", explica el historiador Isidro Román. Los vecinos se reunían en la Casa de Labradores, antigua sede del Centro Vecinal. "Fue donado por los hijos de Valladares en Buenos Aires, como testifica un escudo que hay en su fachada", explica el Centro Vecinal en su web.

Allí se debatía sobre terrenos, abonos o minerales. Después, cada delegado de parroquia acudían a Lavadores, cuando este era la cabeza administrativa, después a Vigo y más tarde a Pontevedra, para comunicar los problemas o peticiones de la asociación.

Con la llegada de la Guerra Civil "los falangistas se hicieron con la casa y la utilizaban ellos para reunirse", explica la presidenta de la asociación vecinal Ana Pérez. Hilando los testimonios de los vecinos y algunos documentos de la época han con seguido recomponer el relato de este edificio, que funcionó como escuela paralelamente a otros usos. "Probablemente la historia de la casa se remonta a más de cien años, pero nosotros solo hemos llegado hasta ahí", puntualiza la presidenta.

Las sociedades de agricultores se disolvieron con el franquismo y algunos de sus dirigentes pasaron a formar parte de las Irmandades de Labradores. "Muchas no tenían nada que ver con las anteriores asociaciones, eran totalmente nuevas, pero sí que compartían algunos miembros", cuenta Román. Es en estos nuevos núcleos donde los vecinos entran con mayor facilidad sea cuál sea su sector laboral. "A nivel social son similares a una asociación de vecinos actual, desarrollando una política cultural". Contaban con grupo de baile o canto e intentaban incluir a toda la parroquia.

Cuando la Casa de Labradores regresó finalmente a las manos del pueblo, la hermandad vecinal volvió a florecer, si cabe, con más fuerza. En los años 70 la sede se convirtió en el Teleclub, donde los vecinos acudían a pasar las horas frente al novedoso televisor. Pero también comenzaron a realizar juegos y actividades populares. De horas de charla y entretenimiento nació en 1973 un grupo de teatro, Escoitade; un año después, la Coral Polifónica, y le siguieron otras agrupaciones culturales y actos sociales que ya forman parte de los 45 años de vida del Centro Cultural y Vecinal de Valladares conmemorados ayer.