El Campus del Mar confirma su estatus de excelencia de forma definitiva tras superar el último examen del Ministerio de Educación y obtiene además una ayuda de 166.845 euros después de tres años sin convocatorias ni comunicaciones por parte del Gobierno sobre el futuro de este programa de agrupamientos científicos en ámbitos de interés para el tejido industrial.

Según explicó la Universidad a través de nota de prensa, el comité de expertos internacionales encargado de valorar la trayectoria del Campus del Mar destaca como fortalezas su elevada implicación social, la promoción del emprendimiento, la transferencia y el empleo, y su carácter internacional.

Otros logros significativos del Campus del Mar en sus primeros cinco años de vida son la creación de consorcios entre investigadores, empresas e instituciones, el desarrollo de bases de datos de I+D, el fomento de la movilidad y la participación en la red CeiMarnet de campus marinos.

A pesar de superar con nota las dos evaluaciones previas y de lograr un porcentaje de éxito superior al 60% en todas las líneas planteadas, en algunas incluso más allá de lo programado, los evaluadores también hacen constar en su informe la demora en la construcción de la sede institucional de la ETEA, cuyos terrenos todavía no han sido cedidos por la Xunta a la Universidad.

"Es cuando menos sorprendente que el mismo ministerio que suspendió la financiación y que hace tres años denostaba los campus de excelencia a través de su anterior máximo dirigente, señalando que habían investido mucho en ladrillo, penalice ahora a los que decidimos modificar nuestra orientación hacia el capital humano", lamentó ayer el director del Campus del Mar, Emilio Fernández, a través del diario digital de la institución.

El programa de excelencia fue una idea del último gobierno socialista para promover agrupaciones de universidades, instituciones y empresas en áreas estratégicas para las diferentes regiones. Pero tras la llegada del PP, el ministro Wert llegó a declarar que estos proyectos solo servían para construir edificios y durante tres años no destinó financiación ni se pronunció sobre el futuro de estas iniciativas.

Vigo consiguió el ingreso en este club en 2010 y recibió un préstamo inicial de 5,3 millones de euros que tuvo que estirar de 2 a 7 años, hasta 2017, para garantizar la supervivencia económica del proyecto.

Esta falta de fondos y las dificultades para que la Xunta ceda los terrenos de la antigua ETEA a coste cero han obligado al Campus del Mar ha renunciar temporalmente a su sede institucional. También se quedó en suspenso la creación de un centro de datos oceanográficos porque el Gobierno planteó la misma idea a nivel nacional pero no avanzó en su desarrollo.

Sin embargo, el agrupamiento de más de 3.000 científicos de Galicia y el norte de Portugal liderado por la institución viguesa ha obtenido logros como la escuela de doctorado internacional, con casi 200 matriculados en seis universidades de la Eurorregión. Y además, en los últimos años se han desarrollado un total de 183 proyectos de investigación conjuntos.

La evaluación final del Campus del Mar ha coincidido con la primera convocatoria de ayudas para el programa de excelencia del actual gobierno. El nuevo ministro de Educación, Méndez de Vigo, se ha mostrado partidario de estos agrupamientos y la iniciativa viguesa recibirá un total de 166. 845 euros.

De esta partida total, 63.625 euros se invertirán en el impulso de la internacionalización del programa de doctorado DoMar, otros 60.720 euros servirán para fomentar la empleabilidad mediante prácticas profesionales y al refuerzo de la red CeiMarnet se destinarán 42.500 euros.

Antes de que acabe el año, el consejo rector del Campus del Mar, del que también forman parte las universidades de A Coruña y Santiago, así como CSIC e IEO, se reunirán en Vigo para decidir qué personalidad jurídica adoptan de cara al futuro.

En las última semanas también se ha conocido que el Instituto de Investigaciones Marinas-CSIC retoma su intención de trasladarse desde Bouzas a la ETEA, un proyecto que había paralizado debido a la falta de fondos. Tal y como adelantó FARO, el Ministerio de Economía y Competitividad consigna en sus presupuestos de 2016 una primera partida de 100.000 euros para construir una nueva sede. Hasta 2019, se destinarán un total de 16 millones de euros.