Dolores del Río ha vuelto a sonreír después de cinco años de sufrimiento. "Esta noche será la primera en mucho tiempo que vuelva a dormir tranquilamente", comentaba ayer esta mujer viguesa.

Su caso es muy similar el de muchos otros vigueses, aunque su historia sí tiene un final feliz. Dolores del Río es invidente desde hace cinco años y por lo tanto no trabaja. Recibe una pensión de 550 euros al mes con la que viven ella, su hijo de 16 años y su marido. Malviven en un pequeño piso que les cuesta entre luz y gas más de 600 euros. Tienen una orden de desahucio fijada para diciembre porque no pueden hacer frente a facturas o pagos y el simple hecho de hacer la compra se convierte en una odisea. Hasta ayer.

Tras una larga lucha y gracias también a los esfuerzos llevados a cabo por el colectivo 'Os Ninguéns', Dolores del Río ha firmado una vivienda de alquiler social por los próximos tres años y por la que pagará 100 euros al mes.

"Estoy tremendamente feliz. Es un piso muy amplio, con tres habitaciones y con todo, pero lo más importante es que tiene un techo que sí puede pagar. Seguiremos viviendo con el agua al cuello, pero dignamente", confiesa la viguesa.

A partir de diciembre comienza una nueva vida en Jenaro de la Fuente para Dolores y su familia. "A partir de ahora podremos usar la lavadora, el horno, la plancha... podremos vivir como personas" , concluye Dolores del Río.