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Las lavanderías autoservicio suman ya decenas mientras las tintorerías se desploman a la mitad

Desde que en 2010 abrió el primero, la ciudad ganó una veintena de locales "self service"

Una de las lavanderías de autoservicio abiertas en el centro la ciudad. // Adrián Irago

Las filosofías "low cost" (bajo coste) y "self service" (autoservicio) aterrizan con fuerza en el sector de las tintorerías. Desde que en 2010 abrió en Vigo el primer local para el "autolavado" de colada, los establecimientos dedicados a esta labor se han extendido por todo el casco urbano. Y con una rapidez, energía y contundencia difíciles de encontrar en otros gremios.

A día de hoy en la ciudad funcionan una veintena de lavanderías "self service" a las que los clientes pueden acudir con su ropa, toallas, sábanas, edredones, mantas, colchas... sucias. Muchos de ellos se inauguraron además entre 2013 y 2015. Durante el mismo período las tintorerías "convencionales" han sufrido la tendencia opuesta. En la actualidad tienen sus puertas abiertas en Vigo algo más de 30, aproximadamente la mitad de las que había hace solo una década.

El boom coincide con una diversificación de la clientela. De ser una novedad empleada por una minoría sin lavadora en su propia vivienda, las lavanderías autoservicio se han convertido en un servicio al que acuden jóvenes y ancianos, personas que viven solas o familias con hijos. "El perfil de cliente es muy diverso; acude todo el mundo", explica Denís Estévez, de Tu Colada, establecimiento que en diciembre cumplirá un año en la calle Barcelona.

"La gente que tiene lavadora en su casa acude sobre todo para limpiar ropa de cama, como nórdicos, edredones...", explica Estévez. Los establecimientos disponen de tambores con diferentes capacidades, lo que permite, por ejemplo, limpiar en una sola tanda 19 kilos de ropa sucia. "Hay clientes a los que les sale más rentable acudir a la lavandería que limpiar en casa o comprar una lavadora nueva", anota.

Los establecimientos suelen incluir en sus tarifas los productos necesarios para la colada, como detergentes, suavizantes u oxigenantes. Los precios son diversos pero rondan entre los 3 y los 7 euros, en función del peso y tipo de lavado. Los locales disponen además de máquinas secadoras que permiten volver a casa con las prendas ya listas para pasar por la tabla de planchado.

"La gente viene porque le resulta cómodo, rápido y fácil. Tenemos clientes a los que se les estropea su lavadora y deciden recurrir a nosotros en vez de comprar una nueva", comenta Enrique, de La colada. Como explica, la proliferación de las lavanderías "self service" responde en buena medida a "un cambio de mentalidad". "Al acudir a ellas no tienes que preocuparte de comprar los productos de limpieza, las reparaciones de la lavadora o el secado de la ropa; también te ahorras agua y la electricidad". A esas ventajas se suma la falta de tiempo que a menudo tienen los clientes para realizar la limpieza y secado de su ropa en casa. "Cada vez la gente dispone de menos tiempo. Nosotros abrimos todos los días y con un horario amplio", apunta Enrique. En su negocio, que abrió a mediados de junio en la calle Martínez Garrido, se puede hacer una colada en una lavadora con capacidad para 12 kilos por cuatro euros y pagar dos por el secado. En total: seis euros.

Quienes también han seguido con atención la proliferación de lavanderías "self service" son los veteranos del propio sector de la limpieza de prendas. El presidente de la Asociación Provincial de Tintorerías y Lavanderías de Pontevedra, Javier Santamaría, reconoce que entre los profesionales hay "distintas opiniones" sobre la influencia de estos nuevos negocios. "Aparecieron en un momento en el que la demanda cayó mucho", explica Santamaría, quien atesora más de tres décadas de experiencia en el sector y recuerda aún el desplome de clientela sufrido en 2008. Ese desplome tuvo dos grandes efectos: primero, el cierre de negocios, cuyo número cayó en picado en una década; y, segundo, que durante años no abriese ninguna lavandería nueva en la ciudad.

Al margen del mal momento en el que produjo, el colectivo asegura que la aparición de los establecimientos "self service" no ha tenido demasiadas consecuencias para las lavanderías "tradicionales". "No se ha notado mucho", reflexiona Santamaría, que ejerce como vicepresidente de la asociación nacional del gremio. La razón principal es que los dos tipos de establecimientos comparten una parte de su ámbito de negocio... pero no todo. En torno al 80% de la actividad de las tintorerías proviene de la limpieza en seco, un servicio que requiere una atención y experiencia especial. "Nuestra oferta es más amplia", insiste. En su opinión las nuevas lavanderías "self service" emplean "un lavado muy rápido" y -asegura el presidente del colectivo en la provincia- "así no se puede hacer un buen" trabajo.

La principal queja del sector se centra en las plantillas. Santamaría lamenta que los locales de autoservicio "no generan empleo", aunque reconoce que debido a la proliferación de estos negocios y la competencia cada vez mayor, algunos "self service" se han visto obligados a ampliar su oferta con personal y recoger, por ejemplo, coladas a domicilio.

La tendencia se asienta con fuerza en el resto de las grandes urbes gallegas

  • Por su elevada población, Vigo es la ciudad de Galicia con más lavanderías autoservicio que permiten lavar y secar de forma automática y rápida prendas, toallas, nórdicos, colchas, mantas, sábanas... Pero no es la única en la que este tipo de negocio ha "enraizado" con fuerza y que ha visto cómo abrían locales a gran velocidad a lo largo del último lustro.En la actualidad en Internet se anuncian 17 lavanderías "self service" repartidas por el casco urbano de Vigo. En A Coruña son una docena, en Pontevedra se cuentan media decena y entre Santiago de Compostela, Ourense, Ferrol y Lugo suman casi otra docena.Como explican los autónomos que han decidido abrir uno de estos negocios en Vigo, su principal éxito reside en que permiten al cliente un triple ahorro: de tiempo, ya que liquidan grandes coladas -sus lavadoras tienen mucha capacidad- antes de lo que se haría en casa; de dinero, al ser sus tarifas reducidas e incluir los productos de limpieza; y de molestias, porque evitan tener que comprar detergentes y suavizantes, tender la ropa para su secado o cuidarse del mantenimiento y la reparación de la lavadora. A esos factores se suman el ahorro de electricidad y agua.Hace justo un año, en noviembre de 2014, abría sus puertas en Cangas la primera lavanderia "self service" de O Morrazo. "Detectamos que existía bastante demanda, sobre todo entre las mujeres de 25 a 65 años y que saben lo que cuesta llevar a la tintorería coladas especiales, como edredones o mantas", apuntaban entonces las impulsoras del negocio, bautizada como Canwash. Según sus estudios de mercado, el otro gran cliente son los jóvenes.

El pionero en la ciudad: un francés procedente del sector de la automoción

  • La primera lavandería autoservicio de Vigo abrió sus puertas en febrero de 2010, en la calle Santo Domingo, con un nombre -Quick & Clean- que evocaba la cultura norteamericana con la que se asociaban este tipo de establecimiento hasta hace poco. Hace más o menos un año el negocio desapareció.Su propietario era un francés oriundo de Rennes, en la Bretaña, donde las lavanderías "self service" llegaron antes que a Vigo. El emprendedor llegó a la ciudad para trabajar en el sector de la automoción -en el que atesoraba una larga experiencia, de más de dos décadas- y al comprobar que no existían este tipo de locales decidió abrir el primero. Quick & Clean se convirtió así no solo en la pionera de Vigo, sino también de toda Galicia.El local disponía de cinco máquinas lavadoras y dos secadoras y ofrecía además un servicio de planchado exprés. Quick & Clean incluía ya en el propio servicio productos para la limpieza, como detergentes o suavizantes, sin necesidad de que los clientes los trajeran de casa. Un detalle que se diferencia de las lavanderías de Estados Unidos, pero que mantienen los negocios que han abierto sus puertas en Vigo desde entonces. Uno de sus principales reclamos es, de hecho, que permite a los usuarios emplear limpiadores de alta calidad sin tener que cargar con ellos ni preocuparse de comprarlos en los supermercados.Lo que sí ha cambiado es el perfil de la demanda. Aunque hace un lustro ya recurrían al servicio todo tipo de personas, su diversidad se ha ido ampliando hasta abarcar hoy un abanico muy amplio: desde jóvenes que viven solos a matrimonios ancianos.

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