Antes de que existiese el Corredor do Morrazo, inaugurado en diciembre de 2005, volver de las playas de Cangas los fines de semana era una pesadilla para miles de vigueses, con tiempos que rozaban las tres horas por la carretera de la costa desde que arrancaban el coche hasta llegar a casa. En pocos años la capacidad del vial se ha visto superada en verano y regresar de los arenales constituye de nuevo una odisea. El trayecto desde O Hío y Aldán hasta el centro de la ciudad dura casi 120 minutos en horas punta. Después de recoger la toalla y poner en marcha el motor, los conductores que quedan atrapados en la jaula del Corredor tardan en recorrer 26 kilómetros lo mismo que les llevaría cubrir los más de 150 que separan Vigo de Oporto. Y la carretera del litoral morracense tampoco supone una vía de escape, ya que también se satura.

El Corredor tiene 18 kilómetros de longitud y a partir de las ocho de la tarde las colas llegan a Aldán. De hecho ya se producen retenciones en los viales de salida de las playas de O Hío. Hasta pasada la medianoche las caravanas son constantes. El punto de origen es la rotonda de Rande, pero los accesos en los enlaces de Cangas y Moaña también forman embudos que saturan el vial. El promedio diario de vehículos en 2014 fue de 14.686, según datos de la Xunta, pero en la temporada estival se alcanzan picos de más de 20.000. El Corredor no alcanza a absorber semejante flujo de automóviles.

En condiciones normales se tarda 15 minutos en llegar desde Aldán hasta Rande. El domingo pasado cubrir la ruta requería una hora y media. O lo que es lo mismo, cada minuto se avanzaban apenas 235 metros. Los vigueses que acuden masivamente a las playas de O Morrazo empiezan a irse temprano, muchos de ellos en torno a las seis y media, conscientes de que retrasarse acarrea con seguridad una espera eterna. Un conductor que saliese de Oporto o A Coruña a las ocho de la tarde llegaría a su casa aproximadamente a la misma hora que un bañista que fue a pasar el domingo a Nerga, Areabrava o alguna de las casi 40 playas de Cangas.

Tampoco hay alternativas ventajosas a la jaula. Las carreteras que circunvalan Cangas y Moaña se saturan de usuarios que buscan ganar terreno para incorporarse más adelante al vial de alta capacidad. La circunvalación prevista en la villa canguesa, que podría agilizar este tránsito, aún está en fase de proyecto, y el trecho íntegro por la costa también es lento al atascarse el tráfico desde los accesos a los cascos urbanos de las dos localidades. Entre Aldán y Rande por la PO-551 hay una distancia de más de 25 kilómetros que se hacen muy largos cuando se combina verano, fin de semana y altas temperaturas.

El trayecto al incorporarse a la autopista es más llevadero, si bien las obras del tercer carril desde Rande hasta el enlace de Teis reducen el espacio de paso y ralentizan el tráfico. En las vísperas de puente y los fines de semana de agosto la AP-9 también sufre grandes atascos por la mañana y a la vuelta como el Corredor.

Las interminables colas estivales también afectan a los conductores que ponen rumbo a Bueu, donde la Policía Local regula el tráfico para hacerlo más fluido sin dar abasto, y no logra evitar los atascos en horas punta.

Sin solución a corto plazo

La Xunta proyecta desde hace más de un lustro desdoblar el Corredor en autovía, pero los conductores tendrán que armarse de paciencia al menos un par de veranos más en el mejor de los casos. Las obras se han dividido en tres tramos y solo una de las fases ha sido licitada, la que corresponde a los tres kilómetros entre la rotonda de Rande y Domaio, que salió a concurso en abril por 20 millones de euros.

Compiten por el contrato 15 empresas y la Consellería de Infraestructuras asegura que a finales de año empezarán a trabajar las máquinas. Para este ejercicio en los presupuestos autonómicos apenas aparecen 2,1 millones. Los otros dos tramos hasta el enlace de Cangas, donde concluirá el desdoblamiento, aún no han salido a licitación. El calendario plurianual de las cuentas de la Xunta fija partidas hasta 2018. El coste superará los 40 millones de euros.

El proyecto arrastra un considerable retraso y además se ha recortado. En un principio estaba previsto que todo el Corredor se transformase en autovía mientras que ahora se mantendrá un carril por sentido en todo el trecho entre Aldán y el enlace de Cangas. Así, de los 18 kilómetros, tendrán dos calzadas 11.

El primer concurso para el desdoblamiento se declaró desierto en 2011 ya que la única oferta presentada no reunía las condiciones técnicas requeridas. El tráfico del Corredor está por encima del que registran los viales de alta capacidad de O Salnés (AG-41) y Barbanza (AG-11), ya desdoblados en autovías hace años. Para ver la doble calzada en O Morrazo quedan muchos días de atasco por delante.