El Bernardo Alfageme es el único barco de pesca de altura de la primera mitad del siglo XX que se conserva y su singularidad reside en el puente y el casco, construido a base de remaches frente a las soldaduras habituales en la actualidad. El buque, uno de los diez barcos de la serie Standard Barreras que salieron del astillero vigués en 1944, fue fabricado en acero y tiene una eslora de 27 metros.

Faenó sobre todo en el Gran Sol e hizo sus últimas mareas en el sur de Portugal. Se dio de baja en 1998 y dos años después la familia lo cedió al Ayuntamiento para su conservación. Su carácter único lo convierte en un importante bien patrimonial, pero desde el 2000 permaneció fondeado en el puerto sin que ningún gobierno local adoptara una decisión. En su último hundimiento hace cuatro años se perdió prácticamente todo su interior y quedó vacío, sin rastro de los camarotes y enseres que podrían ayudar a comprender el modo de vida de sus ocupantes durante las largas mareas.

El actual gobierno local descartó restaurarlo tras evaluar los daños y decidió llevarlo a Coia al no haber calado suficiente en los muelles del Museo del Mar. Lo único que se mandó extraer fue la maquinaria que podría ser expuesta en un futuro.