De la incertidumbre al desconcierto y de ahí al estupor. El Partido Popular de Vigo participa como un insignificante actor de reparto -esos que sólo pronuncian una frase en toda la representación, en este caso: "Lo que diga el señor presidente"- en el espectáculo que su dirección gallega está ofreciendo en el proceso de elección del candidato a la Alcaldía de Vigo ante la cita del 24 de mayo. Si el embrollo ya estaba siendo considerable, las declaraciones de los últimos días de sus máximos responsables han contribuido a potenciar la idea de que, en palabras de un dirigente local, "esto es un cachondeo total". Porque, en dos frases, el líder del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha pasado de proclamar a los cuatro vientos que el proceso seguía abierto, en busca de la mejor opción, a asegurar que la decisión ya está tomada desde, ni más ni menos, el pasado verano. "Todo está preparado desde julio", recalcó ayer en una entrevista de La Voz de Galicia. Y por si el lío no tuviese ya suficientes ingredientes de un sainete, Feijóo ha querido subir a Mariano Rajoy al escenario como si el presidente español ya no tuviese suficiente con lo suyo. "El visto bueno a los candidatos lo hemos pactado Rajoy y yo en julio".

Las palabras de Feijóo cayeron como una bomba en el PP vigués, que se siente ninguneado. "Si es así, si se sabe desde hace siete meses, aquí estamos haciendo el gili, desde Chema [José Manuel Figueroa] al último mono", resumía una persona de la ejecutiva local y que ayer todavía se aferraba a la posibilidad de que todo fuese "una exageración, por no decir una trola, que en realidad nadie se cree".

Este fin de semana ha sido especialmente duro para el propio Figueroa, que parece cada día más debilitado. En el PP local se confiaba en que la Convención Política organizada por la dirección nacional en Madrid, con cientos de cargos convocados, serviría para despejar la duda de quién sería el elegido para Vigo. "Habrá un cara a cara entre Alberto y Chema, y todo se aclarará", conjeturaban.

La realidad fue otra. Primero, Figueroa tuvo que desayunarse el sábado unas declaraciones de Alfonso Rueda en las que aseguraba que la persona que liderará la lista en Vigo ya lo sabía, porque el PP no cae en la "improvisación". Después, la ansiada reunión no se llegó a celebrar. Según uno de los miembros de la delegación del PP vigués al cónclave madrileño, "Feijóo no debió encontrar tiempo para el encuentro. Se le veía muy ocupado". Otro asistente, sin embargo, prefiere tirar del sarcasmo: "Estaba liadísimo. Más allá de su intervención, se dedicó a los abrazos, las risas y los selfis".

Pero el domingo Figueroa recibiría otra andanada. Rafael Louzán, presidente de la Diputación y del PP de la provincia, contestaba a una pregunta en ABC sobre si Figueroa sería el mejor candidato para Vigo y se refería a su vicepresidente y amigo en términos de pasado: "Ha hecho una magnífica labor. [...] Ha desarrollado un papel nada fácil estos años". Y, para alimentar la sospecha, añadía: "Pero ahora entramos en otro escenario". Y una guinda final. Cuando habla del candidato, dice que es para ser "alcalde o alcaldesa". ¿Será una mujer?

Pero aún faltaba la puntilla final de Feijóo y su referencia al mes de julio. Y, por si fuera poco, queriendo involucrar o corresponsabilizar a Mariano Rajoy de una decisión que sólo le compete a él.

Así que, pese a que finalmente no se celebró el vis a vis en Madrid, al menos Figueroa sí pudo sacar en claro dos cosas del viaje: que ya hay candidato, aunque él todavía no se haya enterado; y que el peso del partido de Vigo, la mayor agrupación de Galicia, ha sido nulo. En palabras de un dirigente local, claramente indignado: "Iremos a las elecciones con un candidato del PP, pero no del PP de Vigo, sino de Feijóo. Y eso es bueno que quede claro por lo que pueda pasar en el futuro".