El arenal de Rodas atrae cada verano a miles de turistas, pero el parque nacional Islas Atlánticas tiene mucho más que ofrecer. La actividad pesquera que se desarrolla en sus aguas posee un gran potencial aún sin explotar a través del que mostrar a los visitantes la riqueza natural, inocular en ellos el respeto por el medio y ayudar al desarrollo económico del entorno. La bióloga marina Cristina Lima ha desarrollado un plan estratégico para implementar el turismo marinero en el archipiélago de Cíes que aliviaría la presión sobre la playa, contribuiría a la desestacionalización turística y reportaría beneficios a las cofradías de la Ría.

"A pesar de que el parque ofrece visitas guiadas, el turismo de sol y playa sigue siendo un lastre. No es que Cíes tenga que convertirse en un santuario pero debe disfrutarse de manera sostenible", defiende Lima, que desarrolló este estudio como proyecto fin de máster dentro del programa de Gestión del Desarrollo Sostenible, que dirige el catedrático Xavier Labandeira.

Impulsada por sus orígenes -"Vengo de una familia de marineros"-, su interés por lo social y la sugerencia de sus tutores, Emilio Fernández y Gonzalo Méndez, la bióloga viguesa analizó las posibilidades del turismo marinero en un trabajo que será el germen de una tesis doctoral dirigida por el economista Xulio Pardellas.

Lima explica cómo la UE impulsó hace unos años el turismo marinero para que los pescadores, en una situación precaria por la sobreexplotación y el encarecimiento del combustible, entre otras causas, pudiesen diversificar su actividad y así garantizar el relevo generacional y la pervivencia de su riqueza cultural. La Cofradía de Lira, en 2003, y las mariscadoras de Cambados, un año después, fueron los pioneros de su implantación en Galicia.

En 2008, el concepto se recoge en la legislación gallega y Turgalicia acuña la marca "turismo mariñeiro". "La ley explica que esta actividad debe ser realizada por pescadores o por otros sectores implicados, como los fareros, y que debe ser sostenible no solo medioambientalmente sino también en el ámbito económico para que beneficie a la población local", puntualiza Lima.

A día de hoy, sin embargo, ninguna cofradía de Vigo o de O Morrazo está implicada en esta modalidad de turismo. Las pocas empresas que organizan rutas en aguas del parque proceden, en su mayoría, de otras rías y solo algunas incluyen en su oferta la posibilidad de conocer el trabajo de los pescadores.

El plan estratégico de Lima, que realizó sus prácicas del máster en Islas Atlánticas, se divide en cinco líneas de acción. La primera consistiría en la creación de rutas de turismo marinero: "La pesca de la navaja a pulmón que hace la Cofradía de Cangas es casi única en el mundo y las aguas de parque tienen barcos hundidos. También podrían hacerse visitas gastronómicas y culturales en el Casco Vello, además de incluir los recursos de la isla como los faros o la antigua fábrica de salazón".

La experta propone asimismo la creación de la marca "turismo mariñeiro de Cíes", la cooperación entre el sector de la pesca, la Administración y las empresas turísticas, la difusión de los valores de esta actividad y del propio parque, así como acciones formativas para todos los agentes implicados.

Esta actividad contribuiría a que Islas Atlánticas consiguiese la certificación de turismo sostenible de la red europea de parques en la que trabajan sus gestores, además de tener una "repercusión positiva" en el plan de usos que todavía sigue pendiente del consenso de todos los implicados para su aprobación.

"Los estudios sobre turismo demuestran que el modelo de sol y playa está cada vez más agotado y las encuestas anuales de Cíes revelan que la gente está a favor de la conservación y de hacer otro tipo de actividades. El turismo marinero conlleva la sostenibilidad en lo social, la economía y la naturaleza", defiende Lima.

Respecto a la reciente decisión del Gobierno de permitir la actividad turística en toda la red de parques nacionales, la bióloga aboga por la planificación: "Ahí está el problema. Debe haber un equilibrio entre la conservación y el disfrute y este país ha pecado mucho de no respetarlo".