La puesta en marcha en Vigo del juzgado especializado en preferentes ha puesto más en evidencia que nunca la falta de espacio que ya desde hace años sufren los edificios judiciales. Si hasta ahora cada vez que llegaba una nueva oficina judicial se lograba exprimir in extremis los huecos libres de estos inmuebles, en esta ocasión ya ni eso fue posible: las oficinas de juez, secretario y funcionarios han tenido que ubicarse fuera de la sede judicial, en un cercano local alquilado. La Xunta señala que el alquiler mensual de este espacio asciende a 650 euros, además del IVA. Este juzgado de refuerzo, al menos según el plan inicial, funcionará durante un año.

Ante esta situación, el juez decano admite que los juzgados vigueses atraviesan "una situación extrema" en lo que a falta de espacio se refiere: "Hubo que optar por el alquiler, no había otra solución; no había ninguna manera de ubicar esas instalaciones en los juzgados con dignidad".