Los escraches de los trabajadores a directivos de Povisa fueron los protagonistas del tercer día de huelga indefinida en Povisa. El primero de ellos se produjo pasadas las 8.30 horas de ayer, cuando sorprendieron al consejero delegado y a otros gestores en una cafetería de la zona. Hasta el lugar se desplazaron un centenar de huelguistas que esperaron a su salida para seguirlos hasta el centro hospitalario, coreando en todo momento consignas contra la aplicación del convenio provincial que, según ellos, implica una rebaja salarial del 40%. Cerca de las 11.00 horas se repitió otro escrache ante un establecimiento donde se encontraban otros directivos. Finalmente, a las 14.45 horas se reanudó la misma acción ante un restaurante donde comían otros directivos.

En medio de esta tensión, la dirección remitió una carta al comité de huelga para comunicarle que algunos empleados que han acudido a sus puestos se han quejado por haber sido objeto de coacciones. Asimismo, reitera a los huelguistas que deben ejercer su derecho sin ocupar el centro de trabajo o cualquiera de sus dependencias (en referencia a la presencia de piquetes en algunas áreas del hospital, como el autoservicio). "Si desean permanecer en huelga, que se abstengan de entrar en las instalaciones de la empresa", reza. Asimismo, denuncian la quema de una taquilla. Tras exponer estas cuestiones, la empresa solicita al comité que sea "diligente" para tomar medidas y evitar, en adelante, "situaciones como las expuestas".

Frente a esta postura, los trabajadores denuncian las prácticas de "esquirolaje interno" al trasladar personal de servicios mínimos a áreas que no deben tener, como las policlínicas. Además, aseguran que el seguimiento ha aumentado del 75%, mientras que la empresa lo sigue situando en el 14%.

Ante estas posturas enfrentadas y sin atisbo de diálogo entre ambas partes, los sindicatos se muestran convencidos de que la huelga se mantendrá, al menos, hasta el martes 27 de agosto, cuando se celebre el primer juicio contra la aplicación del convenio provincial.

Por otro lado, el partido galleguista Compromiso por Galicia mostró ayer su apoyo a los trabajadores y pidió la intervención de la Xunta. Así, su responsable comarcal, Henrique Macías, considera que es "una auténtica aberración que en un centro con ingresos públicos estables se aproveche la excusa de la crisis para aumentar la precariedad de su personal". Por su parte, Anova-In del Val Miñor -comarca con 50.000 personas adscritas a Povisa- criticó "la política de recortes en la sanidad pública promovida por el PP" y demandó a la Xunta que intervenga en el conflicto "de forma urgente", por lo que requerirá a los tres alcaldes de sus municipios que se pronuncien "de forma clara contra la actuación de Povisa". Asimismo, a la ya habitual asamblea de trabajadores a las 15.00 horas se sumó el concejal vigués Manel Fernández como muestra de apoyo a los huelguistas.