En muy raras ocasiones los animales salvajes salen con vida de sus incursiones esporádicas por la ciudad. No es habitual que emprendan esa clase de travesías suicidas desde los montes del entorno, así que cuando se atreven, la mayoría acaba muriendo o malheridos. La desigual suerte que corrieron en las últimas 48 horas un corzo y un águila confirma ambos extremos. El primero falleció embestido, probablemente por un vehículo, y el segundo, se recuperaba ayer del impacto contra la ventana de un edificio.--- NO TOCAR ---

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