Nacido en Matamá de padres también de esta parroquia viguesa, Cándido Alonso lleva en la directiva de la Sociedade Cultural e Deportiva Atlántida de Matamá desde sus orígenes en 1963, hace ahora cincuenta años. Tras una etapa anterior como presidente, pasó por otros cargos como contable o secretario y ahora lleva ocho años de nuevo al frente de la entidad. Siempre con ganas de seguir mejorando, reconoce que la distinción es un aliciente para seguir adelante y una recompensa a muchos años de esfuerzos compartidos con multitud de vecinos.

-¿Qué significa el galardón para la SCD Atlántida?

-Es una alegría y un honor. Entendemos que lo recibimos nosotros pero es para compartir con todas las sociedades culturales de Vigo, que hacen una labor extraordinaria. A nivel de Matamá, es el reconocimiento a un trabajo de muchos años y es mérito de todos los que han pasado por aquí desde 1963.

-¿Pensaban que iban a llegar tan lejos?

-Cuando empezamos no pensamos que íbamos a conseguir tanto y lo digo sinceramente. Pero lo que más me cuesta creer es que todo se mantenga porque lo difícil no es llegar, sino mantenerse. Y todo es gracias al esfuerzo y la unión de muchos vecinos de Matamá.

-El primer salto fue la apertura del nuevo local en 1982.

-Sí. Estábamos en un edificio antiguo y conseguimos el nuevo en 1982 y el campo de fútbol en 1983, lo que dio un impulso muy grande a la parroquia.

-La sociedad nació entorno al fútbol pero ha hecho también de la música su bandera.

-Es cierto. La coral se formó en 1974 y la Banda de Música se presentó en 1980 bajo la dirección de Enrique Lorenzo, que sigue al frente. Poco a poco se fueron creando más grupos como el folclórico y hoy tenemos teatro, baile moderno o yoga.

-Y su Banda de Música es una de las más reconocidas a nivel gallego.

-La verdad es que sí. Hemos conseguido muchos premios, algunos incluso a nivel nacional, y todo nació poco a poco. Decían que solo podía haber banda de música en Valladares porque era donde había chavales. Y yo decía que eso no estaba demostrado. Así que surgió la idea y recorrimos la parroquia casa por casa para crear la banda. Y ahí estamos ahora.

-Recibir un reconocimiento así será un acicate para seguir adelante.

-Es cierto que el premio nos da muchos ánimos para seguir adelante. Una de las cosas que siempre me llevó a entregar mi tiempo a la sociedad fue sacar a los chavales de la calle. Y compensa todo el sacrificio porque los ves disfrutando con el fútbol o con la música. Lo más importante para mí es saber que contribuimos a su formación como personas.