Satisfecho porque "al final ha salido a la luz la verdad", pero consciente del "daño" que se ha hecho a la imagen de la institución benéfica en la que trabaja desde "hace 40 años". Pero a pesar de todo José Antonio Donaire, responsable de los Hermanos Pobres de Teis, no guarda rencor al denunciante y afirma que estaría dispuesto a aceptarlo de nuevo en la residencia. "Le perdono el mal que nos ha hecho, que ha sido mucho, y si necesitase otra vez nuestra ayuda, no dudaría en acogerlo", señaló ayer Donaire tras conocer el fallo judicial que lo absuelve de un delito de apropiación indebida. "La gente de Vigo sabe como somos y la obra que hacemos. Damos de comer a la gente, cedemos nuestras propias pensiones para sufragar los gastos y ayudamos cada día a 200 personas", argumenta el religioso sobre la obra benéfica que realizan. El hermano Donaire sabe que el proceso judicial repercute en la reputación que tiene la institución y pone un ejemplo. "Hoy mismo he tenido que mandar a otra persona a atender a un enfermo porque no querían que fuese yo mismo por si les iba a robar", lamenta.

"Siempre pensé que me iban a absolver y creo que mi trabajo durante tantos años habla por sí solo", relata. También acusa a los familiares del denunciante de tener intereses económicos y de acudir al juzgado con el objetivo de obtener dinero. "La familia quería sacar algo, su intención era deshonrarnos", añade.

Sobre las atenciones prestadas al enfermo durante 14 años, José Antonio Donaire indica que el dinero de la pensión del interno no era suficiente para atenderlo. "Es una persona tetrapléjica y necesita una atención especial para todo", asegura. El responsable de los Hermanos Pobres de Teis afirma que "todos somos pecadores" y admite haber cometido "un pequeño fallo", pero insiste en que "nunca fue con ánimo de lucro".