El único cargo electo con que contaba UPyD en Galicia, el baionés Antonio Amorín, ha dejado el partido y solicitado su marcha al grupo mixto convencido de que su etapa en la formación de Rosa Díez ha terminado. Anuncia incluso que continuará en la política municipal y, para ello, creará un partido independiente. No obstante, deja la puerta abierta a seguir representando las mismas siglas hasta el fin del mandato, siempre que "los dirigentes de Madrid se sienten a hablar y dén la cara".

-¿Por qué solicitó la baja como militante hace ocho meses con tanta discreción y ahora renuncia repentinamente a representar a UPyD en la Corporación baionesa?

-Inicialmente abandoné la afiliación por un encontronazo con la dirección de Madrid. Nos obligaron a cerrar la sede de la Avenida Monterreal sin explicaciones y nos prohibieron reunirnos allí. Ahora incluso me impiden manifestarme públicamente como representante de UPyD, así que no tiene sentido que continúe defendiendo sus siglas en los plenos. El lunes solicité el paso al grupo mixto en el Concello.

-No se plantea renunciar al acta de concejal...

-Sí, si me lo pide el partido de forma razonada y en persona. La cúpula de Madrid tendrá que darme una explicación de lo ocurrido. El partido pudo influir en los resultados electorales, pero sobre todo lo ha hecho el trabajo incansable del equipo que formamos en Baiona.

-Se deduce cierto resentimiento en sus palabras.

-Es que hay que recordar que en Baiona logramos el mejor resultado del partido en Galicia, con el 8,2% de los votos y el único concejal de toda la comunidad. UPyD nunca ha estado a la altura con nosotros. No hemos recibido ni una felicitación, sino todo lo contrario. Nos cerraron la sede y solo nos han puesto trabas. Nos han maltratado desde Madrid. Y yo me he partido el pecho defendiendo a Rosa Díez después de aquellas desafortunadas declaraciones respecto al "gallego en sentido peyorativo". Después de aquello, me la presentaron en Vigo en una ocasión y ni siquiera se levantó de la silla.

-¿Se arrepiente de haberla apoyado?

-No, porque a todos se nos calienta la boca en algún momento, pero creo que se equivocó al no pedir disculpas.

-¿Cuál es su pronóstico para UPyD en las autonómicas?

-Habrá que esperar a que hablen las urnas. Yo le deseo toda la suerte del mundo, pero estos conflictos o los casos de supuesto fraude en las votaciones de Valencia no favorecen nada. Al final, UPyD presume de que es un partido diferente, pero es más de lo mismo.

-¿Continuará en política con otra formación distinta?

-Sí, ya estamos trabajando en ello. Hay mucho por hacer, sobre todo en estos momentos de crisis. Los partidos tradicionales no pueden resolver los problemas de la gente porque sus representantes no conocen la crisis. Hay que cambiar por completo la estructura del estado, pero hay muchos intereses creados y privilegios a los que los políticos no están dispuestos a renunciar.

-¿Y usted conoce la crisis?

-Claro que la conozco porque la he sufrido en mis carnes. Yo tenía una empresa de promoción inmobiliaria que facturaba un millón de euros al mes en Canarias y Andalucía. Quebró, pero no debo ni un céntimo a ningún trabajador, solo tengo una deuda con Hacienda.

-Quiere decir que sabe gestionar en circunstancias adversas.

-Supongo que sí. No se trata de renunciar a una paga extra o a un coche oficial. No. En Baiona, por ejemplo, no puede haber nueve concejales liberados y tres secretarias particulares. Es inmoral.