"Ante el cabo de la región de los arrotrebas se hallan las islas de los Dioses". Quizás no con las palabras del escritor romano Plinio el Viejo, pero la estampa de las Islas Cíes es hoy, como hace veinte siglos, el centro de halagos de todo el mundo. Gracias a ese atractivo y su rica diversidad de flora, fauna, fondos marinos y paisajes, el Gobierno acordó hace una década –el 1 de julio de 2002– declararla, junto a Ons, Cortegada y Sálvora, Parque Nacional Illas Atlánticas. Desde 1980 el archipiélago contaba ya con la consideración de Parque Natural y entre 1988 y 2001 Cíes y Ons obtuvieron el título de entorno ZEPA –zona de especial protección para las aves–. El salto que se dio hace hoy diez años supuso sin embargo su entrada en la selecta Red Nacional que protege las 14 áreas de mayor riqueza medioambiental del país con una consideración –la de ámbito Marítimo-Terrestre– que comparte en exclusiva con el Archipiélago balear de Cabrera. En 2007 la "isla de los Dioses" volvía a recibir un espaldarazo crucial al elevar el diario británico The Guardian la playa de Rodas a la "mejor del mundo". Ahora camina hacia "primera división" ahondando en su investigación y las labores para recuperar un ecosistema atlántico puro.

Durante la mayor parte de su historia como Parque Nacional, la gestión cotidiana de los archipiélagos pasó por la mesa de José Fernández Bouzas. En 2005 tomó el relevo de Emilio Rodríguez Merino al frente de la dirección de Illas Atlánticas con un "orgullo" que recorre aún hoy el hilo telefónico cuando habla. "La declaración lograda en 2002 situó a las islas en el mapa mundial y abrió una nueva etapa de trabajo" –anota– "pero asentar una categoría así no es algo que se logre en dos días ni diez años; la labor continúa".

Prueba de los avances alcanzados bajo la bandera de Parque Nacional es la regulación de las visitas y el libre fondeo en la isla. De las 400 embarcaciones que amarraban de media cada jornada en Cíes antes de 2002 solo disponían de autorización 100. Hoy están registradas 7.150 y el número de naves en la "isla de los Dioses" no sobrepasa ningún día las 150. "La actividad náutica ya no da problemas a Cíes", zanja Bouzas, consciente del perjuicio que ocasiona un exceso de tráfico en el hábitat de los cormoranes o pardelas. La nueva normativa avanzó en equilibrar el flujo de turistas al fijar en 2.200 el tope de visitas diarias a las islas.

Las playas, laderas y fondos de Cíes también se beneficiaron de la declaración estatal. "La conservación del parque es buena; ahora mismo hay en marcha numerosos programas para erradicar plantas invasoras o vigilar, por ejemplo, las colonias de visón americano", explica el presidente del Patronato, Fernando Garrido. A modo de ejemplo Bouzas recuerda que desde enero los operarios que trabajan en Cíes retiraron ya 8.000 kilos de margarita africana, una especie exótica procedente de Sudáfrica que amenaza con expandirse por la ínsula. En el archipiélago vecino de Ons los sacos evacuados suman otros 6.000 kilos.

El Parque dispone de una plantilla de 37 técnicos que, junto a otros ocho encargados de la vigilancia, velan los 12 meses del año por la conservación de sus hábitats. En temporada estival se suman a ellos seis personas dedicadas a la información, una veintena que apoya las labores de control y otras cuatro en la zona de acampada. Esos refuerzos no serán ajenos a los recortes de la Xunta –aunque el Organismo Autónomo de Parques dependen del Gobierno en 2008 traspasó la gestión de Illas Atlánticas al Ejecutivo gallego– y este verano se reducirán "en algo menos del 40%". "Se notará solo en programas a largo plazo, como trabajos silvícolas", lanza el presidente del Patronato.

Laboratorio a cielo abierto

Aunque las crónicas de Plinio se encargaron de descubrir las Islas Cíes al universo romano, el acuerdo de 2002 las devolvió, para Bouzas, "al plano internacional". No solo de las agencias de viaje. Estudios y proyectos de académicos de prestigio se suceden en la última década para desentrañar los misterios del archipiélago. "Cuando empezamos la investigación estaba alejada de las islas... Ahora somos un referente en el campo". Las hemerotecas dan fe de ese "boom". En los últimos años universidades de todo el país, instituciones... o incluso la prestigiosa sociedad internacional National Geographic, que amarró su buque en la costa gallega en varias ocasiones, se han fijado en las maravillas de Cíes. Una de las mejores demostraciones de la riqueza "extraordinaria" del archipiélago es que conserva intactos parte de sus secretos. En 2011 un equipo integrado por la Universidad de Santiago y la Escuela Politécnica Superior de Lugo descubrían en los arenales de la isla la "Blanco-Dios", una planta desconocida hasta la fecha. Solo en la selección de su web, Illas Atlánticas informa de 79 especies distintas de flora, incluida las algas, y104 de fauna, con una riquísima disparidad de mamíferos, aves, reptiles... Pero su diversidad es difícil de calibrar y el primer inventario de mariposas nocturnas del parque ya eleva la variedad a 186. Una de las colonias más importantes por número es la de gaviotas, que llegó a representar un tercio de toda la población asentada en el arco entre Rotterdam (Holanda) y el sur luso.

Entre los investigadores que han dedicado horas de trabajo a bucear en los misterios de Cíes destaca el biólogo Ignacio Munilla, experto en aves. Su lectura de estos últimos diez años es crítica. "No se han resuelto los problemas fundamentales", reflexiona antes de enumerar los tres frentes abiertos del parque: el "conflicto entre la conservación y el aprovechamiento turístico", armonizar el cuidado de los caladeros con la pesca artesanal y la "vergonzosa" abundancia de eucalipto. "Existe una superficie considerable ocupada por esa especie, lo que es algo así como tener el Pórtico de la Gloria en Santiago lleno de graffitis". En su opinión acabar con los ejemplares del archipiélago "no sería complicado". El Parque tiene en marcha programas con ese objetivo, pero sus resultados no se percibirán de inmediato. "No se puede retirar toda la cubierta vegetal afectada y además resulta muy caro. Cada viaje de un barco cargado de madera supone 2.000 euros", resalta Bouzas.

En juego está un muestrario único en España. "Hablamos del mejor exponente de la fauna atlántica", explica el experto en cetáceos y presidente de la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos (Cemma), Alfredo López, quien recuerda que "hay vegetales y fauna que solo habitan en la isla". La mejor imagen de lo que representa Cíes es un "escapare" en el que contemplar la eclosión de vida en el Altántico, lo que no impide que a lo largo del año recalen en sus arenales "turistas de paso", como tortugas o focas que aprovechan para descansar de sus largas migraciones al amparo de la Ría.

El reto más complejo es sin embargo "armonizar" el turismo y el cuidado de las islas. Desde julio de 2002 disfrutaron de Illas Atlánticas 2,7 millones de visitantes. La mayoría acuden en los meses de junio, julio y agosto –en 2011 recibió más de 140.000 solo en verano– pero durante todo el año Cíes recibe un incesante goteo de visitas interesadas en su atractivo medioambiental que lleva al Patronato a plantearse ampliar su "temporada estival" a mayo y septiembre. Lo que se busca es resaltar la faceta tal vez más olvidada de las islas. "Todavía hay mucha gente que acude a Cíes con la idea de que están en Samil", aporta López, quien coincide con Munilla en la urgencia de mostrar el valor de sus arenales.

El centro de interpretación de las Illas Atlánticas se perfila como la gran herramienta para ayudar a los viajeros a comprender la riqueza de Illas Atlánticas. La instalación, ubicada en el edificio Cambón, en pleno Casco Vello, acogerá la sede del Parque y dispondrá de vídeos, fotografías, maquetas y material audiovisual para aproximarse a los archipiélagos. Su inauguración carece todavía de una fecha definitiva pero fuentes de Illas Atlánticas aseguran que "quedan solo algunos flecos pendientes", como terminar la conexión eléctrica, con lo que podría abrir sus puertas a finales de julio para festejar los diez años del Parque Nacional. Más larga se adivina la aprobación del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) de las islas, que se mantiene paralizado a la espera de que Medio Ambiente redacte su nueva Ley de Parques.

La puesta en marcha del centro de interpretación es una noticia esperada por los hoteles de la ciudad. César Ballesteros, responsable del sector, destaca el potencial de Cíes, "uno de los puntos más visitados de Galicia". "El Parque es el gran icono de la ciudad", aporta Ballesteros, quien recuerda que este verano los hoteles diseñaron una campaña especial, "Vivi Cíes", con el objeto de atraer turistas con el tirón de las islas. No en vano los arenales de las ínsulas destacan, como recuerda Garrido, entre las mejores del mundo. De opinión similar, José Ángel Espada, presidente de la Asociación de Agencias de Viaje, eleva el Parque a "icono" y "polo de atracción" más allá de las fronteras del país. Su capacidad para seducir a los turistas lo demuestra la expectación que genera el archipiélago entre los cruceristas.

Parada de arroaces y toniñas. Aunque acostumbran a moverse por toda la Ría, las aguas de las Cíes son parada habitual de arroaces y toniñas. En invierno también recalan en ocasiones tortugas y focas en sus migraciones.

Un estallido floral. La riqueza vegetal de las Cíes asombra fuera y dentro del agua. Una de sus últimas especies fue catalogada por los expertos en 2011.

La "mejor playa del mundo" según The Guardian. En 2002 Cíes recibió el reconocimiento del Gobierno, apenas un lustro después se concretaba el del resto del mundo. En 2007 el diario británico The Guardian situaba a la playa de Rodas, en "las islas de los Dioses", en lo más alto del ranking mundial. La noticia acrecentó el prestigio de Illas Atlánticas, que recibió desde su declaración como Parque Nacional 2,7 millones de visitas.

Entrañas de película. Las entrañas de Cíes y Ons ocultan 1.700 metros de galerías subterráneas y cuevas submarinas. Las furnas, 56 en total, revelan un mundo único.

Un universo bajo las aguas. La riqueza que muestra la faz de las Cíes es solo comparable a la de sus fondos submarinos, que han dado pie a proyectos pioneros como el de Cefaparques, impulsado por el CSIC.

Hogar del cormorán moñudo. Cíes da cobijo a una rica variedad de aves como la pardela cenicienta, la gaviota o el cormorán moñudo, especie amenazada.