La ciclogénesis explosiva Petra abandonó ayer Galicia después de castigar el litoral norte con rachas de hasta 142,9 kilómetros por hora que en ningún caso lograron reproducirse en las Rías Baixas. En la ciudad olívica, gracias al abrigo natural de la ría, la velocidad del viento superó en pocas ocasiones los 60 kilómetros, provocando como efectos más destacados la caída de árboles y desperfectos en mobiliario "de escasa consideración", aseguran desde el Concello. Ante la alerta naranja, la mayor parte de la flota permaneció amarrada por lo que el tráfico marítimo fue casi inexistente, salvo por los buques que decidieron refugiarse del vendaval fondeando en Cíes, donde llegaron a coincidir hasta diez.

También a consecuencia del azote de Petra acabó varando en la ensenada de Panxón (Nigrán) el cadáver de un ejemplar de cachalote macho de unos nueve metros de longitud. El cuerpo del animal apareció sin piel y en un estado de descomposición "bastante avanzado", según Alfredo López, responsable la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (CEMMA), lo que hace pensar que llevaba muerto desde hace "varias semanas". El CEMMA estaba ayer a la espera de que la marea comience a bajar para comenzar a examinar el cetáceo para determinar las posibles causas de su fallecimiento.

Fuentes de la Policía Local aseguran que la mayoría de las incidencias causadas por el temporal se registraron durante la madrugada de ayer, en concreto, desde las 00.20 a las 6.10 horas. Entre las principales citan la caída de las ramas de árboles en la calle Vía Norte a la altura del número 26, en Travesía de Vigo 160 y Gran Vía 122 "aunque sin ocasionar daños". También tuvieron que intervenir los agentes por el desprendimiento de losetas sobre un vehículo en la calle Nicaragua.

En zonas ajardinadas tan céntricas y concurridas como las de Gran Vía y Samil se desplomaron cinco árboles en total, pero sin consecuencias para el mobiliario. urbano. Más relevante si cabe fue el riesgo de caída de un andamio en la calle Escultor Gregorio Fernández, lo que obligó a la Policía Local a cortar el tráfico.

El parte policial concluye con la asistencia a una conductora de Vitrasa que se vio obligada a parar a la altura del 422 de Ricardo Mella al percatarse de que una avería había provocado un derrame de aceite sobre la calzada. Los agentes cortaron un tramo del vial para facilitar la limpieza del vertido por parte de los bomberos.