La Consellería de Sanidade eludió responder expresamente a la dura respuesta de la dirección de Povisa y optó por transmitir un doble discurso. Por un lado, se mostró conciliadora y abogó por el diálogo y el acuerdo pero, por otro, mantuvo, "punto por punto", sus críticas a la gestión del hospital y respaldó la hipótesis de una presunta negociación entre los responsables de Povisa con otras empresas.

El departamento que dirige Pilar Farjas defendió que su objetivo es lograr un pronto "entendimiento" y evitar que se prolongue un conflicto enquistado durante meses. En este sentido, y contradiciendo absolutamente las afirmaciones del consejero delegado de Povisa, José Bernardo Silveira, mantiene que en la reunión del pasado jueves se ofreció al hospital "la posibilidad de cerrar el acuerdo de 2010". Es más, fuentes de la consellería reiteran su mejor disposición para renovar el convenio entre ambas instituciones por los próximos diez años.

Hasta aquí el mensaje cordial. Porque Sanidade mantiene, pese a los continuos y rotundos desmentidos de Povisa, que la dirección de este hospital le informó el pasado jueves que estaba "en contacto con otras empresas". En este sentido, asegura que el contenido del comunicado que envió ese mismo día para dar a conocer los resultados de su negociación con el centro se ratifica "punto por punto". En él, le exigía "lealtad institucional" a Povisa y se preguntaba si no estaría retrasando la firma del convenio porque atendía "otras prioridades" relacionadas con la presunta "negociación".

Asimismo, la consellería admitió ayer que el hospital tenía pendiente de cobro una serie de cantidades, pero le advirtió de "su obligación de justificar todas sus facturas; en cuanto lo haga, recibirán los pagos".