El malestar de los vecinos por el ruido nocturno difiere según las zonas de la ciudad. En el Casco Vello, uno de los enclaves históricamente castigado por el botellón, sí aplauden las medidas aplicadas por el Concello. "En las calles que se declararon protegidas el problema está prácticamente solucionado. Desconozco si ha podido desplazarse a otros puntos de la ciudad, pero al menos en la zona antigua el botellón ha pasado a la historia", asegura el presidente vecinal, Cándido Pérez.

Aunque reconoce que en O Berbés o Teófilo Llorente las molestias por la concentración de jóvenes consumiendo alcohol durante las noches de los fines de semana han desaparecido, el presidente del Casco Vello avisa que todavía existen problemas en otros enclaves. "En Joaquín Loriga –otra de las calles declaradas como protegidas– continúa habiendo denuncias vecinales por culpa de varios locales. Estas quejas se la trasladaremos al Concello", anuncia.