La Panificadora cumpliría los requisitos necesarios para acoger la Biblioteca Pública del Estado. Los técnicos de la Dirección General del Libro, dependiente del Ministerio de Cultura, validaron la ubicación en el edificio central de la antigua fábrica en una visita realizada en el mes de abril, según varias fuentes consultadas. Los expertos, cuyo informe favorable es imprescindible para elegir el emplazamiento, acudieron el día 26 de ese mes a conocer la parcela de Navia que el alcalde, Abel Caballero, propuso unas semanas antes en Madrid como sede. Sin embargo, el gobierno local aprovechó la ocasión para mostrarles La Panificadora "con la autorización de la propiedad", matizan las fuentes. Ambas localizaciones cumplirían los requisitos, pero los técnicos concluyeron que la más adecuada es la factoría, tanto por hallarse en el centro como por las condiciones y el valor arquitectónico del conjunto.

Los técnicos recorrieron tanto el solar como el interior del inmueble. La "posición de centralidad" de La Panificadora fue una de las ventajas que destacaron, y también consideraron el edificio apto para dotaciones por sus grandes espacios sin divisiones internas, techos altos y luminosidad, citan las susodichas fuentes. A ello se uniría el valor simbólico y patrimonial de las edificaciones.

Al Concello le falta, sin embargo, el acuerdo con una parte de la propiedad para hacerse con el complejo. Una de las sociedades rechaza las condiciones de la venta. Urbanismo dará mañana el primer paso para impedir la posibilidad de que se materialice la operación que recoge para La Panificadora el Plan Especial del Casco Vello. Éste solo protege los silos, con lo que el edificio central puede derribarse, lo que daría al traste con la pretensión de situar allí la biblioteca.

El ministerio demanda un mínimo de 4.000 metros cuadrados de superficie para construir la sede. La insuficiencia de espacio fue la causa de que no prosperase la propuesta de alojar el recinto cultural en el Auditorio de Beiramar. Previamente el alcalde había desistido de su intención de colocarla en la Escola de Artes e Oficios tras las protestas entre la comunidad educativa. La primera opción de Caballero fue el entorno de la Praza do Rei, y el ministerio llegó a consignar presupuesto para construirla allí, pero el regidor renunció al excluirla el arquitecto Rafael Moneo de su plan para regenerar todo el ámbito.