Sus prioridades serán el fomento de la colaboración entre los investigadores para captar fondos, de la internacionalización y de la implicación social. Longo forma “una piña” con el responsable del nuevo departamento de Transferencia y con la vicerrectora que aúna ambas competencias en el campus de Ourense.

-El gasto en I+D se redujo un 2,4% en 2009, ¿será la captación de fondos una de sus principales preocupaciones?

-Será una de las más importantes. Analizaremos las capacidades de los investigadores para buscar posibles combinaciones y asociaciones entre ellos y que así puedan acceder a otro tipo de convocatorias. Les asesoraremos internamente y también en la búsqueda de expertos de otras universidades de España y del extranjero, porque otra prioridad será internacionalizar la investigación.

-Los grupos pequeños van a sufrir en mayor medida la falta de fondos.

-No son incompatibles con lo que estamos hablando. Pueden unirse con otros pequeños para hacer proyectos más ambiciosos. Se trata de potenciar la agrupación.

-Los investigadores se quejan a menudo de la excesiva burocracia, ¿van a ayudarles?

-Hay requisitos que vienen marcados desde fuera, pero intentaremos facilitarles el trabajo. Crearemos la figura del gestor de proyectos, no tanto para hacer las facturas, sino para asesorarles y darles ideas, por ejemplo, a la hora de elaborar presupuestos en grandes proyectos europeos. Este pesronal pertenecerá a los servicios de Investigación y lo iremos implantando gradualmente.

-¿Resulta muy frustrante que la investigación aparezca en todos los programas de gobierno y, a la vez, sea la primera en quedarse sin fondos?

-Sí, pero ahí seguimos en la brecha haciendo ver que la investigación es el futuro. Haremos lo más posible con los recursos disponibles. Desde luego, no nos vamos a quedar parados. Va en contra de nuestra naturaleza. Aunque las convocatorias se reduzcan, seguirán ahí y hay que hacerse fuerte y buscar otras a las que anteriormente no íbamos o no conocíamos. La idea es optar a todo lo que salga y con propuestas de calidad.

-Quizá la Universidad no ha sabido “venderse” lo suficiente para contar con el apoyo de la sociedad en sus demandas.

-Es importante que la Universidad esté presente en Vigo y que los ciudadanos sepan lo que hacemos y sientan la institución como suya. Debemos crear canales de comunicación y que las cosas que hacemos se vean y se conozca su utilidad, incluso con vistas a las empresas de la zona. Saber transmitir el conocimiento también forma parte de nuestra profesión. Es una obligación moral.

-Una forma de medir la calidad son los rankings. La Universidad se felicitaba hace poco por ocupar el número 23 en productividad según la lista que confeccionan cada año investigadores de Granada, pero no ha reaccionado igual ante otras clasificaciones que la situaban en la zona baja, ¿qué puesto ocupa Vigo realmente?

-El ranking de productividad es bastante completo y el puesto 23 supone una buena referencia. Todo depende de los indicadores que se utilicen, no pueden ser absolutos. Hay universidades más grandes que nosotros, pero hay que medir la eficiencia y ahí estamos bien situados, en la parte superior de la tabla. Existen muchos rankings y es importante analizarlos internamente. En general, Vigo ha avanzado muchísimo, el esfuerzo de los grupos se refleja en la institución, pero no hay que dormirse en los laureles.

-¿Escalará puestos gracias a las nuevas infraestructuras?

-Sí. La dotación de infraestructuras y equipamientos ayuda internamente a los grupos y también a la visibilidad de la Universidad en el exterior, lo que facilitará la captación de recursos y de investigadores.

-Muchos jóvenes con contratos Ramón y Cajal o Parga Pondal se han tenido que ir porque no tenían plaza, ¿Cómo intentarán atajar esto?

-Son gente joven con un nivel muy alto y con ideas y entusiasmo. A la Universidad le interesan y haremos lo posible para que se queden, pero hay una limitación de recursos y a veces su consolidación depende de ayudas que vienen de otros organismos. Habrá que ver cómo evolucionan las políticas.

-La ministra de Ciencia, Cristina Garmendia, negaba en una entrevista reciente que hubiese fuga de cerebros. ¿Está de acuerdo?

-Lo que hay es un flujo de cerebros y eso es lógico y beneficioso. Se capta gente del exterior y los investigadores de aquí se van a otros países. Esto siempre lo hubo y no creo que pueda llamársele fuga en un sentido masivo.

-Los rectores gallegos firmaron hace unos meses un acuerdo de cooperación, ¿se traducirá pronto en la I+D?

-Cada vez más se trabaja con gente de Santiago o A Coruña. Es bastante habitual y se tiene que potenciar. Hay que ir hacia la colaboración y la agrupación. También hay mucho contacto con las universidades del norte de Portugal, que son una baza importante porque te abren el mercado de Latinoamérica y también África.

-El Campus del Mar es un buen ejemplo de esta filosofía.

-Es un ejemplo buenísimo de hacia dónde tenemos que caminar. Se ha trabajado mucho y es una propuesta de calidad y muy completa. Ahora estamos a la espera de que se resuelva la primera fase, pero confiamos en que el resultado sea positivo.

-Desde luego, ha sido una buena herencia del anterior equipo de gobierno.

-Sí, es un proyecto muy bonito para la Universidad y para Vigo. Se han buscando sinergias y colaboraciones y tiene una magnitud muy grande. Establecer alianzas nos beneficia a todos y en el hipotético caso de que no pasemos la primera fase no se puede morir ahí. Se han hecho muchos contactos gracias al Campus del Mar para colaborar en éste y en otros proyectos.

-Desde la oposición siempre se les ha criticado que hacen más énfasis en los edificios que en las personas.

-No hay que confundir una cosa con otra. Las infraestructuras son necesarias, sin ellas se trabajaría en condiciones peores y aspiraríamos a menos, pero sin personas no nos valen para nada. Es importante conocer las inquietudes de la gente, tenemos esa sensibilidad, pero se deben hacer las dos cosas.