La única casa batida con un obús por los norteamericanos en la invasión de Puerto Rico en 1898, fue la del ingeniero jefe de todas las Obras Públicas en la isla, según cuenta en sus memorias personales –que fueron descubiertas hace poco en un cajón–. No era otro que un hijo de padre santanderino y madre norteamericana, nacido en Philadelphia, pero que cursó en Madrid la carrera de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos: Eduardo Cabello. Esta figura tan interesante para la historia de Vigo, que elaboró el Plan de Ordenación del Puerto en 1910 –se jubiló cuando las obras del muelle de ribera del Arenal, el muelle de trasatlánticos y la ampliación del puerto del Berbés estaban en pleno desarrollo, en 1932–; es ahora reivindicada por el Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos. Como otras tantas que dejaron su "huella" en la planificación de la ciudad actual.

El ingeniero ya citado, que fue nombrado Hijo Adoptivo de la Ciudad y cuenta con una escultura en su memoria en Bouzas, es el "preferido" del autor de un libro que recorre las actuaciones más destacadas en los últimos 175 años y también ingeniero de Caminos, Ángel Colsa Lloreda. "Fue un avanzado a su época. No inventó nada, pero tuvo la sensibilidad suficiente para planificar. Luego, Manuel Espárrago pudo dedicarse sólo a desarrollar el Puerto y buscar empresas", explica.

Con el apoyo del Concello de Vigo y el patrocinio de Caixanova, se hizo una exposición cuyo material se ha recogido ahora en el libro. Cuatro de los ingenieros de Caminos que aparecen ya tienen calles dedicadas en la ciudad: Elduayen, Eduardo Cabello, Ramiro Pascual y Manuel Cominges, al que se añade Manuel Espárrago, que cuenta con una plaza dedicada en el Puerto. Para el presidente del Colegio, Carlos Nárdiz, el primero fue "el gran valedor de Vigo en Madrid".

Todos ellos tuvieron muy claro y ya por aquel entonces que "el puerto de Vigo debía ser el primero de España y uno de los más importantes del mundo". También, muestra de la importancia de Cominges es que dejó a su muerte una detallada base ortográfica de gran utilidad, que sirvió como apoyo para el Plan Director del Saneamiento de 2009. Cominges ya contemplaba un horizonte poblacional de 400.000 habitantes a finales del siglo XX, recuerda el alcalde, Abel Caballero. Nárdiz también destacó la idea de ciudad que tenía el ingeniero y que consistía en "una ciudad jardín", sin los barrios marginales que se daban en la época. Este ingeniero vigués poco reconocido a pesar de su trabajo por la ciudad, realizó grandes obras como la planificación de la Gran Vía o la conexión con el Puerto.

El libro es fruto de un trabajo de investigación que va desde la revolución urbanística que supuso la Nueva Población de Agustín de Marcoatú (1837) hasta los avances tecnológicos que hubo que acometer para abastecer e de agua a la ciudad, el desarrollo del Puerto, la autovía de las Rías Baixas o el reto de la entrada del AVE a Vigo.

"Lo que hagamos ahora marcará también el futuro de los próximos 150 años", insistió Caballero, que nombró actuaciones como la llegada del AVE –comprometió una visita de Mayne–, el nuevo aeropuerto, la forma de arbitrar el Puerto o la ampliación del puente de Rande –cuya primera piedra fechó en marzo de 2011–.

Al acto asistieron también diversos miembros de la familia Cominges –tanto descendientes del arquitecto, como del ingeniero, que eran primos– que donó al museo municipal de Vigo el manuscrito original de la conferencia que el ingeniero impartió explicando el Plan de Ordenación Urbana de 1940; el primero que recogía la actual ubicación del puerto y la Zona Franca.

"Tenía once años cuando se murió mi padre en 1945 y me emociona recordar cosas de las que me ha hablado mi madre, condesa de Barcena", comenta el hijo de Manuel Cominges, que conserva su nombre.