El sueldo de la gerente le valió a Alberto Gago uno de los peores tragos de su mandato. La CIG hizo pública una nómina superior a la del presidente de la Xunta y del propio Rodríguez Zapatero. El ex rector tardó días en responder al aluvión de críticas generadas dentro y fuera de la comunidad universitaria y cuando lo hizo fue para defender las cifras de todo el equipo por no considerarlas excesivas y sí ajustadas a la media española y a las responsabilidades asumidas.

Gago fichó a Ana Fernández Pulpeiro para sustituir al anterior gerente, cuyos desencuentros con los trabajadores desembocaron en una huelga y en la paralización de la actividad académica durante un día.Apostó por un modelo externo y amplió el número de vicegerentes hasta los seis porque la institución académica, según explicó en una rueda de prensa, no puede regirse con una estructura burocrática "napoleónica". También negó las comparaciones con Santiago, que hasta las elecciones de mayo sólo contaba con un gerente y tres vicegerentes, a pesar de contar con más alumnos y profesores queVigo.

Frente a la defensa a ultranza que Gago siempre hizo de su modelo, Salustiano Mato anunció el recorte de cargos desde que fue designado para sustituirle e intentar renovar en las urnas la permanencia de su grupo, Alternativa Universitaria, en el Rectorado vigués.