El gobierno local tendrá que redactar otro plan financiero, pero en este caso no para invertir en obras como el que aprobó en pleno el mes pasado, sino para reequilibrar las cuentas. El informe del interventor general del Concello sobre la liquidación del Presupuesto Municipal de 2009 revela que existe un déficit acumulado de 15,3 millones respecto a las previsiones marcadas, por lo que señala la obligatoriedad de confeccionar un programa para devolver la estabilidad en un plazo máximo de tres años. El concejal del PP Jorge Conde achacó ayer la situación a la “pésima gestión” del bipartito, y acusa a socialistas y nacionalistas de “ocultar” el informe técnico, que irá hoy a pleno. “El viernes se celebró una comisión de Gestión Municipal y ni siquiera lo mencionaron”, critica el edil.

El alto funcionario encargado de fiscalizar las cuentas señala que existe un desequilibrio de 14,8 millones en los recursos no financieros de la “matriz” del Concello, excluidos los organismos municipales que funcionan de manera autónoma. Tres de estos, el parque zoológico, el Instituto Municipal de Deportes (IMD), y la Gerencia de Urbanismo, arrojan resultados negativos, sobre todo el último, donde existe un déficit de 3,19 millones en estos recursos. En el caso de la matriz el técnico puntualiza, no obstante, que el “origen del desequilibrio” está en que el Concello tiene pendiente de recibir 18,5 millones del Plan E cuyo cobro debe tramitar justificando el gasto. En el IMD se constata un déficit de recursos no financieros de 188.355 euros, mientras que Vigozoo tiene una necesidad neta de financiación de 289.115 euros. La Escuela Municipal de Artes e Oficios, por contra, presenta superávit.

Uso de ahorros

El informe señala que en su momento no fue necesario iniciar medidas correctoras para estabilizar el Presupuesto de 2009 al recurrir el gobierno local al remanente de tesorería, conformado por los ahorros municipales acumulados durante ejercicios anteriores. Sin embargo, este mecanismo no sirve para ajustar las cuentas, ya que “no constituye una fuente de financiación propia de la ejecución presupuestaria”, indica el interventor general. Procede, por tanto, un “ajuste negativo” para devolver la normalidad y ajustarse a la Ley de Estabilidad Presupuestaria, que además se había flexibilizado el año pasado debido a la crisis.