La lentitud de la burocracia municipal para multar a los dueños de los locales de copas y restaurantes denunciados por ruidos empieza a acarrear consecuencias. Seis de los 35 expedientes tramitados han caducado ya al superarse el plazo legal de seis meses para resolverlos. La Concejalía de Medio Ambiente puede reabrirlos, ya que no prescriben hasta los dos años desde su apertura, pero la demora implica empezar otra vez todo el proceso. Como mínimo, estas infracciones, una de ellas de noviembre de 2007, no se sancionarán hasta mayo de 2009.

La tramitación de expedientes estuvo paralizada más de seis meses, hasta febrero, por falta de personal en Medio Ambiente tras producirse traslados en el departamento. Entonces se incorporó una asesora jurídica externa para empezar a moverlos, y después la plaza fue ocupada de forma definitiva. Sin embargo el tiempo perdido y la limitación de plantilla han pasado factura. Hasta ahora se ha sancionado a una cafetería de la calle García Lorca con una multa de 1.500 euros, la mínima cuantía dentro de las infracciones graves.

Otros tres negocios tienen propuesta de multa, y 21 expedientes están en fase de alegaciones. Cuatro aún no se han abierto, y dos de ellos son recientes. Se trata de una tapería en Teófilo Llorente y un restaurante en Igrexa Rotea. En la primera calle, situada en el Casco Vello, hay numerosas denuncias. Uno de los negocios con expediente caducado está precisamente en Teófilo Llorente, y otro en Inés Pérez de Ceta, uno de los puntos centrales de la zona de la movida de Areal.

"A peor"

El pub de Pérez de Ceta está en el bajo del edificio en el que reside el presidente de la Asociación contra el Ruido, Javier Quintana, que denunció el exceso acústico. La medición superaba en 15 decibelios el máximo legal y data del 16 de noviembre de 2007. El expediente no se abrió hasta abril, y el mes pasado le comunicaron que caducó. Quintana exige "más personal para evitar la impunidad de estas infracciones" y lamenta que, pese a la prohibición de abrir locales en las calles de la movida, "la situación ha ido a peor". La solución, a su juicio, pasa por declarar incompatible el ocio nocturno con las zonas residenciales, reducir el horario de cierre y bajar los decibelios permitidos.

La asociación también reclama que se prohíba el "botellón" en Praza da Estrela, medida que en principio no está entre las prioridades del gobierno local.