Más luz y menos gasto. La factura del alumbrado público se incrementó sólo un 2,5 por ciento en los últimos cinco años pese a que el número de farolas se incrementó más de un 24% (8.000 puntos de luz más). La potencia sin control no sirve de nada. El Concello se ha tomado al pie de la letra este popular eslogan para llevarlo al campo de la iluminación. Reducir consumos, economizar costes y mejorar el rendimiento de las luminarias son los tres pilares del plan de ahorro que el Ayuntamiento viene desarrollando desde 2002 y que se espera que esté culminado dentro de cinco años.

Las medidas tomadas hasta la fecha ya han dado sus frutos. El ahorro energético entre 2004 y 2007 fue de 2.078.582 kWh. Traducido en costes, el Concello habría economizado más de 170.000 euros durante este periodo. Un consumo que sería suficiente para iluminar durante un año y con bombillas de 150 vatios, la autovía entre Vigo y Ourense.

Tres son las medidas que se vienen aplicando desde hace seis años para reducir el consumo de la red de alumbrado. La instalación de equipos reductores-estabilizadores de tensión son el ingrediente primordial. Por un lado, consiguen estabilizarla en los 230 voltios, impidiendo así que las subidas supongan un consumo innecesario. A partir de las 00.00 horas estos mecanismo cambian de función y reducen la tensión hasta los 180 voltios. "Esta medida no influye en la iluminación y lleva aparejado un ahorro importante", asegura un ingeniero electromecánico del Concello. El elevado coste de estos sistemas provoca que su implantación esté siendo paulatina. En la actualidad sólo 80 de los 700 cuadros eléctricos que hay en la ciudad tienen instalado un equipo reductor-estabilizador de tensión.

El rural es el ámbito en el que se está desarrollando otra de las grandes medidas para reducir el consumo. Las lámparas de vapor de mercurio (80 vatios) se están sustituyendo por las de vapor de sodio (70 vatios). "Son menos contaminantes y permiten ahorrar más", explican. Además, las nuevas luminarias (de las 15.000 existentes ya han sido sustituídas unas 3.000) se están recubriendo con un bloque óptico. "Esto mejora el haz de luz y triplica los niveles de iluminación", afirman los electromecánicos municipales.

En el casco urbano se está realizandon algo similar al rural. Las luminarias que rondan los 150 y 250 vatios están siendo sustituídas por bombillas de 100 con un difusor. Lámparas que ya funcionan en calles como García Barbón, Policarpo Sanz o Concepción Arenal.

Telecontrol

Desde el Concello se controla toda la red de alumbrado público. Unas fotocélulas instaladas en el edificio consistorial permiten que las farolas se vayan encendiendo paulatinamente en función de la intensidad de luz del día. "Es un sistema de iluminación dinámica que regula el encendido de las calles, que están divididas en abiertas, cerradas e intermedias, dependiendo del nivel de iluminación que reciban de la luz del día", explican los responsables municipales.

La ciudad cuenta con más de 40.000 puntos de luz, pero sólo un 10 por ciento se están beneficieando de estas medidas de ahorro. En cinco años se incrementaron en un 24,7%, mientras que el consumo sólo lo hizo en un 2,5%.