Galicia ha logrado revertir la tendencia de fugas empresariales con que enfiló el cierre de 2016, en el que perdió 27 sociedades -datos de enero a noviembre- y obtener un saldo positivo el año pasado, ganando 41 nuevas firmas que trasladaron su domicilio fiscal a este lado del Padornelo. El saldo resulta positivo para la comunidad, que alcanzó el último trimestre del año pasado un crecimiento económico del 3,1%, pues captó 152 sociedades, mientras registró el traslado a otras comunidades de 111, según los datos del Colegio de Registradores de la Propiedad.
El traslado de empresas se ha convertido en uno de los termómetros del dinamismo económico de cada comunidad, aunque en este caso se refiere al cambio de domicilio social de una compañía, que es el centro efectivo de su dirección. Este puede no coincidir con el domicilio fiscal, que determina el lugar en que tributa y en que recibe las notificaciones fiscales, si bien resultan idénticos en muchos casos. Además, la mayor carga fiscal para las empresas deriva del impuesto de sociedades, que es aplicado por la administración general.
Galicia selló el año pasado un ejercicio de balance positivo en el que el mayor intercambio de sociedades volvió a producirse con Madrid y Cataluña, los centros económicos más importantes del Estado. Hacia allí emigraron 58 y 13 empresas y de allí desembarcaron 52 y 36, respectivamente. Los datos relativos a Cataluña también están contagiados por el efecto del procés independentista que derivó en el referéndum del pasado 1 de octubre que el Gobierno de Mariano Rajoy prohibió antes de aplicar el artículo 155 una vez el Parlament realizo la declaración unilateral de independencia. Esa comunidad perdió la presencia de casi 2.000 sociedades y el saldo con Galicia también le resultó desfavorable. Esta captó 36 firmas domiciliadas en Cataluña -como Pesa Medioambiente, dependiente de la constructora Copasa y con domicilio fiscal actual en Santiago- y perdió otras 13 rumbo a aquella.
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El Colegio Oficial de Registradores de la Propiedad realizó por primera vez un balance de estos movimientos empresariales intercomunitarios a raíz precisamente del conflicto catalán. Hasta ahora esas estadísticas eran elaboradas periódicamente por la consultora Axesor utilizando la misma base de datos, pues el traslado de domicilio fiscal debe elevarse a escritura pública y presentarse en el registro mercantil de origen. La presentación en el mismo órgano de destino debe realizarse antes de que transcurran tres meses.
Entre el 2 de octubre pasado -el día después del referéndum- y el 29 de diciembre, 3.208 empresas partieron desde Cataluña a otras comunidades, si bien los registradores matizan que "una parte de las mismas se encuentra aún inmersa en el proceso de cambio de domicilio fiscal". Los datos cerrados del año pasado muestran un balance menor, aunque también negativo.
Un total de 2.536 empresas se mudaron de Cataluña a otras comunidades -la mayor parte rumbo a Madrid, donde se instalaron 1.457- y solo 548 desembarcaron en ella, lo que arroja un saldo negativo de 1.988 firmas. Entre estas huidas se encuentran símbolos de la economía catalana como los bancos Caixabank y Sabadell, pero también empresas como Codorníu, Gas Natural Fenosa, Allianz Seguros o Abertis. Por contra, Madrid es el territorio con mayor capacidad de atracción, con un saldo positivo de 1.262 sociedades.
