Los tres primeros años de puesta en marcha de una iniciativa emprendedora, con todos los mimbres y la aspiración de convertirse en una empresa, son una prueba de fuego para aquellos que deciden arriesgar y materializar su idea. Emprendedores gallegos ocupan una buena posición si se mide el éxito en el tiempo. Galicia es la cuarta comunidad con mayor índice de iniciativas emprendedoras consolidadas, es decir, con más supervivencia de las nuevas empresas. El indicador de consolidación en la comunidad gallega es del 10,17% de la población adulta, tal y como marca el informe ejecutivo Global Entrepreneurship Monitor (GEM), muy por encima del 6,21% de media en España. Superar los 42 meses de actividad (tres años y medio de vida) es el requisito para considerarse iniciativa consolidada.
En los primeros puestos de este indicador se sitúan Castilla-La Mancha, con un 11,09%, Cataluña y Cantabria. Las tres comunidades ostentan los mejores índices de supervivencia. Tras Galicia y por encima de la media de España, también con una nota muy respetable en el tejido empresarial consolidado, están Extremadura, Castilla y León, Baleares y Navarra. Las peores notas son para Canarias, Andalucía, Comunidad Valenciana, Murcia, Asturias, Madrid, La Rioja, País Vasco y Aragón, por ese orden.
Baja el afán de emprender
En cuanto a las nuevas ideas de negocio en el último año analizado (2016), descendió en Galicia el nivel de actividad emprendedora entre la población de 18 a 64 años. Son menos los adultos que se lanzan a emprender, comparado con años anteriores. El índice TEA, que mide la cantidad de iniciativas nacientes (de menos de tres meses) y de las nuevas (entre tres meses y tres años y medio de actividad) se situó en 2016 en 3,99 puntos porcentuales, frente a los 5,51% de 2015. Para Isabel Neira, directora técnica del equipo GEM Galicia y responsable de este estudio (de ámbito internacional) desde la Universidad de Santiago (USC), el descenso está vinculado a la evolución de la economía. "Es normal que en los años de la crisis el índice TEA sea más elevado; el hecho de que ahora descienda es un síntoma de la mejoría", expresa Neira.
El principal motivo del descenso del TEA ha sido, fundamentalmente, "la caída de la actividad emprendedora por necesidad, más acusada en el caso de los varones". Por otro lado, la actividad emprendedora que se inicia por oportunidad sigue siendo la principal motivación para la apertura de un negocio en Galicia. De hecho se incrementó su peso y como principal causa figura la voluntad de autonomía laboral. Por oportunidad se entiende una idea de negocio, pensada, y sin urgencia económica.
El temor al fracaso se mantiene como la barrera más relevante entre la población a la hora de iniciar una actividad emprendedora, alcanzando en 2016 su máximo (un 53,67%). También bajó, según Neira, la identificación de oportunidades para emprender entre emprendedores potenciales, del 37,45% de 2015 al 27,74% en 2016. Neira expresa que el índice TEA ideal para Galicia sería entre un 7% y un 8%, que es la media en Europa. En países como EEUU, por ejemplo, con gran tradición emprendedora, se eleva al 16%.
