En cuanto a la nueva política, Galicia barre tópicos y constituye una autonomía pionera en la mezcla y alianzas de formaciones de izquierda y ensayos electorales. AGE es señalada por Pablo Iglesias, que trabajó en la campaña gallega de 2012, como inspiración para crear Podemos. En 2015, la comunidad alumbró mareas locales que se hicieron con las tres ciudades coruñesas; y el año pasado Podemos se sumó a En Marea, pero a regañadientes y solo para la contienda en las urnas.

Ahora, la fuerza morada supera la implicación gallega y se suma al nuevo partido que en Cataluña impulsan los "comúns" de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, participando activamente en su estructuración orgánica, algo que en Galicia no se plantea de momento. De hecho, la elección de cúpula de En Marea se produjo antes del proceso de Vistalegre II en que se jugaba el liderazgo de Podemos, lo que dejó en fuera de juego a la organización. En Cataluña esperaron.

"Lo importante es buscar diferentes fórmulas para sumar en favor de la unidad popular", declara Santos sobre los paralelismos y diferencias entre ambos escenarios.

Villares coincide en fijar el foco en la unidad, ensalza Galicia como pionera -"En Cataluña no sería posible ese acuerdo sin lo que sucedió aquí", apostilla- y vincula con las "prisas" de las elecciones del 25-S la limitación a esa contienda de la implicación de Podemos en En Marea. "Seguiremos profundizando, seguro [en la alianza]", insiste.