Quitar el arma del delito. En el caso de los accidentes de tráfico, el decomiso el vehículo. Jueces y fiscales gallegos han apostado en los últimos años por esta condena como alternativa al ingreso en prisión de los conductores reincidentes, es decir, aquellos que en dos años hayan cometido al menos tres delitos al volante o se hayan visto implicados en un siniestro viario grave. Desde que la incautación del vehículo comenzó a aplicarse en España en 2007, estas condenas se han multiplicado. Solo el año pasado, los juzgados gallegos dictaron 83 decomisos a reincidentes o con delitos muy graves en carretera, cuatro veces más que los 21 ordenados hace cinco años. Casi todas las intervenciones son por infracciones cometidas en las carreteras de Pontevedra y A Coruña.

La reforma del Código Penal de 2010 incluyó la utilización de inhibidores de radar o el trucaje del tacógrafo en los camiones o autobuses como causa objetiva para decomisar un vehículo. Hasta entonces, el decomiso era una medida que quedaba a elección del fiscal. Entonces, apenas eran retirados en una año una veintena de vehículos en Galicia, pero en un lustro se ha potenciado esta medida.

Para el fiscal delegado de Seguridad Vial en Galicia, Carlos Gil, la reforma penal de 2010 "supuso un gran avance" por ser "muy apropiada" para la prevención de los delitos viales. "Sobre todo en aquellos delincuentes que usan el vehículo como una forma de mostrar o afianzar su poder respecto a los demás usuarios y su vehículo vienen a considerarlo como una extensión de su personalidad. Son sin duda los más peligrosos", sentencia.

Según información interna de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia, están identificados en la comunidad más de 5.000 conductores "de riesgo": son reincidentes por alcohol o drogas, conducción temeraria, mayores requeridos a examen del Sergas, usuarios de inhibidores de radar o dueños de vehículos en mal estado a los que Tráfico somete a un plan especial de seguimiento en sus desplazamientos diarios. Este control se hace de manera discreta, a través de coches camuflados, con el objetivo de comprobar el cumplimiento de la pena impuesta y evitar que se someta un nuevo delito al volante o que su conducción ponga en peligro su propia seguridad y el resto de usuarios de la carretera. Policías, transportistas y taxistas facilitan a los agentes de la Guardia Civil datos de los más temerarios al volante.

"El mejor escarmiento"

Para el jefe de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil en Galicia, el teniente coronel Francisco Javier Molano, el decomiso del vehículo es "el mejor escarmiento" para los llamados conductores asociales, según declaró en una reciente entrevista a este periódico. "Un vehículo puede ser tan o más dañino como una pistola o una navaja. Somos amigos de decomisar el vehículo a aquellos conductores que ya han manifestado que son asociales, no esperar a que se repita esa conducta", defiende Molano.

El decomiso del vehículo comenzó aplicarse en 2007 en algunas Fiscalías del país, entre ellas la de A Coruña. Entonces apenas fueron intervenidos una docena de vehículos en esa provincia, una medida que se reservaba para los conductores interceptados varias veces bajo los efectos del alcohol y con el permiso de conducir retirado. Año tras año su aplicación se extendió al resto de provincias y comunidades autónomas y en los últimos cinco años se cuadruplicaron en Galicia. El balance del año pasado supone casi un 8% más que los 77 vehículos retirados por los fiscales gallegos en 2014.

La mayoría de los penados son varones de entre 40 y 60 años. El alcohol o la retirada del permiso son las condenas más habituales por las que los fiscales acaban reclamando la incautación del vehículo.