El turismo gallego tenía sus esperanzas puestas en agosto para salvar el año. La tendencia desde que empezó 2015 ha sido positiva todos los meses respecto a 2014, pero en el sector son conscientes de que hacer un buen agosto les da un "respiro" y les permite obtener beneficios. Las expectativas eran buenas, pero los resultados, según los hoteleros, fueron aún mejores. Los hoteles gallegos registraron una ocupación del 60,5%, la más alta desde antes de la crisis. Además hubo un aumento del 10% en los precios -3 euros más por habitación-, hasta una media de 64,3 euros, que supuso casi un 15% de aumento en las ganancias por plaza, superando los 40 euros por primera vez desde 2008. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística revelan además que Galicia fue el quinto destino preferido en España: 676.205 los turistas la escogieron el mes pasado para sus vacaciones. En la temporada alta -julio y agosto- llegaron más de 1,2 millones de visitantes. Solo Andalucía, Cataluña, Valencia y Canarias tuvieron más afluencia.
La ocupación del 60,5% en Galicia se superó en las provincias de Pontevedra y A Coruña, al cubrir el 65,1% y el 64% de plazas, respectivamente. En las zonas de interior, más activas en otoño, la ocupación apenas alcanzó el 37% en Ourense y el 53% en Lugo. Por puntos turísticos destaca, sin embargo, el 80% de Ribadeo, por As Catedrais, y Sanxenxo y A Coruña, donde se llenaron los hoteles en más del 77%, porcentaje que baja al 74% en Vigo y Santiago. Se supera la media gallega en las Rías (Altas y Baixas) y la Mariña lucense.
Los hoteleros celebran los resultados porque los negocios podrán invertir en elementos tan básicos como "colchones o hamacas" que otros años no pudieron comprar. Ahora tocan tres meses en los que habrá que "apretarse el cinturón" pero confían en que la recuperación del turismo de fin de semana por la reactivación del consumo entre viajeros de otras autonomías otorgue datos positivos en la temporada baja. El sector cree que los congresos que se celebren en las ciudades contribuirán por primera vez desde el inicio de la crisis a no cerrar el año en números rojos.
