En octubre del año pasado Alberto Núñez Feijóo deslizó en el Debate sobre el Estado de la Autonomía su intento de potenciar el uso de la biomasa. Hace unas semanas la Xunta ya aprobó una línea de ayudas para la instalación de calderas por 9 millones de euros, que se agotó en un día, y anunció que su sede de San Caetano y siete hospitales adoptarían esta energía, así como algunos centros educativos, y que asesoraría a concellos para que opten por esta vía. Ayer fue el turno de la aprobación una estrategia de impulso a la biomasa hasta 2020 en la que el Ejecutivo invertirá 89 millones de euros en ayudas para crear una "nueva economía" al amparo de una materia prima que abunda en la comunidad.

El Gobierno gallego calcula que este desembolso contribuirá a la recuperación económica y generará una inversión total de la mano privada de 450 millones durante los próximos seis años, así como la creación de un millar de puestos de trabajo.

Durante la presentación de esta estrategia, Feijóo lanzó un discurso ambicioso centrado en "crear una auténtica industria de la biomasa en Galicia" que sitúe a la comunidad como un referente a nivel estatal. Su administración aspira a triplicar el consumo de esta materia prima como fuente energética, pasando de los 233.000 metros cúbicos anuales en la actualidad a 692.000 en 2020.

Según sus cálculos se podrían lograr ahorros de entre el 65% y el 45% en combustible optando por la biomasa. Una vivienda unifamiliar lograría ahorrar entre 860 y 430 euros anuales en su factura con una inversión de entre 6.000 y 10.000 euros. Si un edificio destina unos 65.000, podría reducir sus gastos de 12.900 a 5.700 , mientras que en una industria el ahorro oscila entre 129.000 y 40.000 con una inversión de 200.000.

La idea que maneja la Xunta, que creará el Foro de la biomasa con el sector, parte de la concentración en Galicia del 50% de la masa forestal estatal. Aportar un valor económico extra al monte, reducir la dependencia energética de derivados del petróleo, ahorrar en la factura -que en la administración alcanzaría 70 millones anuales según sus cálculos- y en la emisión de 246.000 toneladas de dióxido de carbono al año, y potenciar un sector de empleo constituyen los principales motivos por lo que Feijóo ha decido apostar por esta senda. "Tenemos los recursos y la experiencia suficiente para asegurar la calidad y la intensidad del suministro. Y tenemos el potencial necesario para garantizar la sostenibilidad del recurso", argumentó en un acto al que acudieron empresas del sector, que podrá lograr el sello Galicia Calidade.

El Ejecutivo, además, considera que el aumento del valor del monte fomentará el control del mismo y, por tanto, reducirá el número de incendios forestales.

De acuerdo con las estadísticas ofrecidas ayer por el Ejecutivo, la biomasa -madera y restos vegetales- constituye el 6,4% de la energía primaria consumida en Galicia frente al 3,7% de media estatal, si bien se encuentra muy lejos del petróleo, que con el 47,4% ocupa el primer lugar.

Ya en 2008 el bipartito trató de impulsar esta industria a través de un concurso para lograr un permiso para plantar de aprovechamiento de biomasa, que en 2010 falló la Xunta del PP. Finalmente, se decidió liberalizar este tipo de plantas siempre que su justifique su viabilidad.