Alemania dio ayer en Santiago un espaldarazo completo a las reformas económicas y los recortes impulsados por el Gobierno de Rajoy para poder ajustarse al objetivo de déficit público del 5,3% este año. Tras reunirse con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y los ministros de Economía, Luis de Guindos, y de Exteriores, José Manual García-Margallo, para escuchar su agenda de reformas y propuestas de consolidación fiscal, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, no escatimó elogios para el Gobierno español. Le gusta, y mucho, el nuevo rumbo diseñado por Mocloa. "Las medidas son verdaderamente impresionantes. España está en la senda correcta y tenemos plena confianza en el país porque está dando los pasos adecuados", declaró Schäuble. A su lado, De Guindos asentía complacido ante sus palabras.

Por si alguien había interpretado que Alemania apuesta por un cambio de política para favorecer el crecimiento económico y la creación de empleo frente a la receta de la austeridad, Schäuble quiso dejar claro que esa lectura es errónea. Se pueden tomar nuevas medidas para fomentar el empleo, pero siempre desde la base de la consolidación fiscal y el control del gasto público. Ambas líneas, como también advirtió De Guindos, son compatibles, pero la senda de la austeridad es la base imprescindible para lo demás. "La consolidación fiscal no representa un fin en sí mismo, sino que es una condición para generar crecimiento sostenible en los países", dijo Wolfgang Schäuble.

La reunión entre el ministro alemán y los tres españoles se celebró en un hotel a las afueras de Santiago, de cuya organización se encargó la Fundación Konrad Adenauer en unas jornadas dedicadas al análisis del futuro de Europa.

Ante la contestación social que están encontrando las medidas del Gobierno español, el ministro de Finanzas Alemán no solo indicó que las medidas de Rajoy tienen una "acogida fenomenal" en el FMI, sino también en Europa, pese que, advirtió, recuperar la confianza de los mercados va a llevar algún tiempo porque andan "nerviosos". Por ello, demandó "mantenerse firmes en las correcciones" para convencer a los mercados y allanar el camino para que en junio la UE revise las políticas de crecimiento conforme a la agenda prevista, con la posibilidad de fortalecer el papel del Banco Europeo de Inversiones para movilizar el capital privado.

De Guindos insistió en que la austeridad no tiene por qué lastrar el avance económico. "No hay ningún tipo de confrontación entre lo que es la reducción ineludible del déficit público y el crecimiento económico", repetía ante el números de dos de Angela Merkel, si bien precisó que el rigor fiscal tiene que ir "acompañado de otras medidas", entre la que citó "reformas económicas para fomentar la competitividad y lograr un incremento de la flexibilidad y productividad de la economía".

El Gobierno tiene el diagnóstico claro, defendió De Guindos. "Sabemos cuáles son los problemas de la economía española, que van de un exceso de endeudamiento a una burbuja inmobiliaria, pasando por una pérdida de competitividad en 2008". Y sabe lo que hay que hacer: "Conocemos cuáles son las recetas que se tienen que ir poniendo en marcha para abordar esos problemas".

España aprueba el examen, pero Shäuble pide constancia

La complicidad mostrada por el número dos de Angela Merkel con las reformas emprendidas por España para enderezar su economía fue tanta que hasta hizo suya la metáfora empleada por De Guindos para ilustrar el cambio de ruta emprendido por Rajoy.

"Dirigir o reconducir una economía como la española es como llevar un barco. Hacen falta esfuerzos para ver que el rumbo se va modificando en los próximos trimestres porque era inadecuado. Lo hacemos con la convicción de que las políticas que aplicamos son las mejores para España y para el futuro del euro", asegura el ministro de Economía en su comparecencia conjunta con el responsable de Finanzas alemán.

"La imagen me ha gustado", terció Wolfgang Schäuble, en un guiño de respaldo total a la política económica española. "Se han tomado todas las medidas para que el rumbo del barco sea el adecuado. Ahora hay que hacer todo los necesario para que el rumbo se mantenga", añadió el ministro alemán, en un gesto más de su satisfacción con la hoja de ruta del Ejecutivo de Rajoy.

Porque no solo fueron las horas que pasaron juntos en la reunión y en la posterior comida las que permitieron mostrar esa complicidad, sino también su comparecencia conjunta ante los medios con caras de asentimiento a cada cosa que decía su compañero.

El Gobierno liberalizará la gestión de infraestructuras y servicios de transporte

Además de las explicaciones sobre las reformas de la economía española a las autoridades alemanas, el Gobierno también anunció una de las medidas que aprobará en el Consejo de Ministros del viernes, aunque sin detallarla. "Debemos reformar la gestión de determinadas infraestructuras, de determinados servicios de transporte, para que sean mucho más económicos para los ciudadanos", adelantó la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría antes de iniciar su intervención en el foro.

La reforma se concretará el viernes, pero el objetivo pasa por "seguir haciendo aquellos cambios que son imprescindibles para volver a crecer y crear empleo", argumentó a su llegada al hotel. Con ellas se continuará "en una senda de modernización en la línea de lo que han hecho otros países europeos".

Tras su victoria el 20-N, el Gobierno de Mariano Rajoy paralizó una medida en este sentido iniciada por el Ejecutivo de Zapatero: la privatización de torres de control aeroportuaria en su primera fase, que comprendía a las terminales de Barajas y El Prat.

También se refirió a estas medidas el ministro de Economía, Luis de Guindos, que pidió esperar al viernes para conocer unas medidas que "permitirán abrir a posibilidades de inversión para el sector privado" hasta ahora solo abiertos al sector público.