La reforma financiera ideada por Luis de Guindos para sanear los bancos y abrir el grifo del crédito salió ayer adelante en el Congreso de los Diputados con un amplio respaldo: 303 votos a favor frente a 28 en contra y seis abstenciones. Al PP se sumó el PSOE, que ve la nueva revisión como "una continuación" de la suya, y CiU, Coalición Canaria, UPN y Foro Ciudadano. Se opusieron los diputados de IU, BNG, UPyD, Amaiur, ERC, Geroa Bai y Compromis. El portavoz del Bloque, Francisco Jorquera, argumentó su rechazo porque supone "el tiro de gracia a lo que queda de las cajas gallegas".

"La amplitud del apoyo político es una señal muy positiva" ante los mercados financieros, concluyó satisfecho el ministro de Economía, Luis de Guindos, quien además elevó de 50.000 a 52.000 millones las necesidades de saneamiento que habrán de afrontar las entidades financieras para cubrir posibles pérdidas por los activos tóxicos del ladrillo, tras la aprobación de la reforma.

El plan, que además incentiva la fusión de entidades y limita los sueldos de las cúpulas de los bancos que han recibido ayudas públicas, es una de las "medidas profundas" que encara el Gobierno de Rajoy para afrontar "la situación de emergencia" que sufre la economía española, explicó De Guindos, quien advirtió que los datos de la economía son "alarmantes y hablan por sí solos", pues apuntan a un "empeoramiento" de la situación.

El titular de Economía señaló que "el sector financiero no ha conseguir cumplir con su papel de canalizador del crédito" y garantizó que con la reforma aprobada ayer se dará solución a este problema. Apuntó que entre 2008 y 20011 la concesión del crédito se contrajo un 6,5% a las empresas y un 3% a las familias, y aseveró que estas cifras "van más allá de lo razonable".

De Guindos insistió en que uno de los "beneficios adicionales" de la reforma será que incentivará la venta de inmuebles con "importantes descuentos".

El ministro aseveró que el Gobierno con esta reforma, que finalmente no se tramitará como proyecto de ley y será matizada por un futuro decreto, "actúa sobre la raíz del problema" y permitirá tener entidades "solventes y viables".

El PSOE justificó el respaldo al plan de saneamiento de De´ Guindos porque es "una continuación" de las reformas auspiciadas por el Gobierno de Zapatero. En todo caso, el diputado socialista Valeriano Gómez auguró que este nuevo plan "probablemente no será suficiente para salir de este inmenos atolladero, si la economía no deja de empeorar". También expresó su temor de que con la nueva ola de fusiones, que según De Guindos podría reducir a una decena el número de entidades bancarias, se vaya "hacia un oligopolio" y alertó de que el objetivo no es tener bancos más grandes, sino "más sanos".

CiU votó a favor y PNV se abstuvo, pero solo después de que De Guindos les garantizase que las comunidades mantendrán las competencias sobre las fundaciones en que se convertirán las cajas que controlen menos del 25% de los bancos a donde han traspasado su negocio financiero.

Los planes del Ejecutivo de Rajoy pasaban por ejercer el control sobre estas fundaciones si la actividad del negocio financiero traspasado excedía el ámbito de una comunidad autónoma. De Guindos aseguró ayer que en futuro decreto se dejará claro que "no habrá perjuicio a las competencias que los estatutos de autonomía atribuyen a las comunidades". "No era nuestra voluntad crear la más mínima duda al respecto", declaró el ministro.

Las dudas de Cataluña y País Vasco que ayer reconoció el titular de Economía no las tenía sin embargo la Xunta, que siempre mantuvo que no había injerencia de competencias y con la reforma en la mano sería ella, y no el Gobierno central, la que tendría la competencias sobre la fundación en que se convertirá Novacaixagalicia.

El portavoz del PP, Vicente Martínez-Pujalte, explicó que la reforma no pretendía "entrar en conflicto con el marco competencial de las comunidades ni en los estatutos, sino sólo dar solución a la gobernanza alejada de cuestiones políticas de algunas entidades financieras que han cambiado su modo de actuación y tras fusionarse hacen una actividad indirecta a través de un banco".

"Galicia pierde"

Uno de los grupos parlamentarios que ayer votó en contra de la reforma fue el BNG. Jorquera argumentó su rechazó porque supone "el tiro de gracia a lo que queda de las cajas gallegas" y "Galicia perderá definitivamente sus instituciones financieras". Además para los nacionalistas gallegos el plan de De Guindos no corrige las causas de la crisis financiera, "sino que la agrava con la total privatización del sector y más concentración". "Estás medidas dificultarán aún más la restitución del crédito", añadió.

IU se opone a la reforma financiera porque su objetivo "no es ayudar a la economía real, sino ayudar a la gran banca a acceder a los recursos humanos y económicos de las cajas, ponerles les puntilla final a las cajas, y terminar el proceso de privatización". "Los otros objetivos son señuelos", aseguró Alberto Garzón.