El sector eólico ve en peligro su futuro, pero Alberto Núñez Feijóo sostiene que el desarrollo del concurso gallego impulsado por su Gobierno, a pesar de la anulación del sistema de primas, "seguirá adelante". Es más, añadió: "Si hay alguna empresa que no lo puede ejecutar, que pongan los megavatios a disposición y habrá otras que los ejecuten", espetó ayer. Por ello, no dudó en proclamar que conseguirán el objetivo de generar 14.000 puestos de trabajo y 6.000 millones de euros de inversión.

La sesión de control parlamentaria permitió a Feijóo mostrar una visión diferente al del sector eólico, que tras la anulación de las primas a las energías renovables advirtió de la posible suspensión de los proyectos para ejecutar 2.325 megavatios por falta de rentabilidad y por dificultades para encontrar financiación en los bancos para sacar adelante sus parques sin subvencones públicas. El presidente de la Xunta reconoció que "ahora es más difícil" que antes poner en marcha el concurso, pero se revolvió contra las críticas a la medida de Mariano Rajoy y achacó los problemas surgidos a la herencia tanto de Zapatero como del bipartito. "El eólico gallego ya estaba fuera de las primas desde 2009, situación heredada del bipartito", empezó antes de proclamar que el sector "competirá en los mercados y con el BNG lo hacía en los juzgados".

El viento fue el principal motivo de enfrentamiento entre Feijóo y Ana Pontón, nueva portavoz parlamentaria del Bloque, quien le recordó el "fracaso" de su intento de lograr un trato preferente para el eólico gallego, descartado por el ministro de Industria, José Manuel Soria. "Lamentamos su falta de peso político", le reprochó. Además, recordó que la Xunta censuró a Zapatero por querer rebajar las primas un 40%, sistema que sí se aplicaría al concurso gallego, mientras que ahora defiende su anulación total por parte de Rajoy. En aquel momento, el conselleiro de Economía y el director xeral de Industria anunciaron incluso un recurso contra el decreto que pergeñaba Moncloa.

Guerra de datos

No solo el eólico centró los focos de una sesión en la que Pontón lamentó el empeoramiento de las condiciones económicas de Galicia, donde el paro crece más que en el resto de España, si bien su tasa se mantiene por debajo de la media, y se reduce el índice de producción industrial. La retranca fue un arma efectiva de la nacionalista contra Feijóo. "Trabaje por los gallegos, que para eso le pagan. Si se le aplicase la reforma laboral de Rajoy podríamos despedirlo", razonó. "Si no, la conclusión es desoladora y significa que tenemos un Gobierno irresponsable, inútil y prescindible", arremetió.

Como respuesta a las críticas de Pontón, Feijóo se agarró al legado socialista, del que el BNG fue "cómplice". Y como logros alegó haber puesto sobre la mesa una propuesta alternativa al tax lease para el sector naval vigués y que Vulcano cuente ahora con un plan de viabilidad. Eso sí, el presidente de la Xunta reconoció los problemas económicos de Galicia, que resumió con un símil. "Galicia no es una isla", dijo recordando la crisis de los países del sur de Europa. Pontón, incisiva, le replicó con retranca. "Alguna responsabilidad tendrá usted", dijo en alusión a las críticas, en la pasada legislatura, del actual presidente a su antecesor en el cargo, Emilio Pérez Touriño, sobre el incremento del paro.