La semana pasada las tres Administraciones implicadas en la coordinación de la visita de Benedicto XVI –aparte de la propia Iglesia, a través del Arzobispado de Santiago–, se congratulaban de que los preparativos para la estancia del Santo Padre en la ciudad estaban prácticamente cerrados, excepto algunos "flecos". Donde no queda ya nada por añadir es en el dispositivo de asistencia sanitaria, que estará coordinado desde la Fundación Pública de Urgencias Sanitarias de Galicia-061.

Como explica la directora del Servicio de Atención ao Usuario, María Caamaño, entre treinta y cuarenta personas –entre médicos y enfermeros– se movilizarán durante la visita de Benedicto XVI a pie de calle y en la centralita de llamadas, otras seis personas acudirán de refuerzo.

El objetivo, explica, es "responder" a las necesidades que se darán en una Compostela que verá "triplicada o cuadriplicada" su población. De entrada, el 061 trabaja con las previsiones ofrecidas por la Consellería de Presidencia, que sitúa en doscientas mil el número de personas que acudirá a la capital gallega atraído por la oportunidad de ver al Santo Padre.

Los médicos y enfermeros, especializados en urgencias, y con formación "específica en todo lo que se necesita para atender de forma rápida y eficiente gran cantidad de gente", en lugar de concentrarse en un único punto, se distribuirán por las zonas de la ciudad en las que se prevé una mayor masificación.

Además del dispositivo especial que cuenta con protocolo propio elaborado para la visita de autoridades, en particular para jefes de Estado y que requiere coordinación con el Gobierno central, estos médicos se harán cargo de la población general. Así, explica Caamaño, habrá a ambos lados del Obradoiro, la zona cero del evento, un puesto de médico y enfermero. Estarán situados en la Casa do Deán y en la propia plaza, además de otro puesto compuesto también de médico y enfermero dentro de la catedral, en el claustro.

Habrá otra ambulancia con médico en el entorno del Pazo de Congresos, para dar cobertura a los 1.200 periodistas que se han acreditado para cubrir la visita del Sumo Pontífice, y otra dispuesta en Lavacolla, donde el Papa será recibido por las autoridades civiles y eclesiásticas y por los Príncipes de Asturias.

Y el 061, tal y como recuerda Caamaño, no se olvidará tampoco de los que aguardan poder saludar a Benedicto XVI a lo largo del recorrido entre el aeropuerto de Lavacolla y Santiago. A ese fin ha destinado cuatro ambulancias asistenciales. "Se situarán en distintos puntos del camino para que puedan acceder a ellas quienes se sientan mal", afirma Caamaño, que también recuerda que, a pesar de la elevada concentración de personas que se esperan en el Obradoiro y en todo el entorno de la catedral, las fuerzas de seguridad han dispuesto de rutas de evacuación para garantizar el acceso a los médicos.

En las plazas en las que se ubicarán las pantallas para seguir la retransmisión del evento se situarán también ambulancias, las mismas que previamente han cubierto el recorrido papal.

Para completar el dispositivo, existe en la avenida de Xoán XXIII, apenas a doscientos metros del Obradoiro, un hospital de campaña. "Con comodidad, en este centro podremos colocar diez camillas, porque también tenemos que meter material de medicina y para hacer soporte vital avanzado, si es necesario", explica Caamaño. No obstante, si fuera preciso un refuerzo, colocarán a su lado una tienda de Protección Civil "por si se necesita tener a alguien en observación y dejar sitio a otros". "En el caso de que se dieran al mismo tiempo diez patologías agudas, habrá que pedir ayuda al Obradoiro, pero todo está muy próximo", aclara.

"Cuando tienes que elaborar un dispositivo de estas características, trabajas con una serie de hipótesis, que incluye las más peligrosas. En principio, la más peligrosa puede ser un atentado, pero no se baraja como probable, aunque tienes que tenerlo en cuenta y tener personal y material suficiente para atenderlo. Y después lo demás es papel de la policía", argumenta Caamaño, que recuerda asimismo que, a mayores de todas las previsiones del propio 061, la ciudad de Santiago cuenta con helicóptero y ambulancia que pueden utilizarse si la situación lo requiere.

Así, pues, el 061 no trabaja, de entrada, con hipótesis catastróficas, sino con lo que suele esperarse de una elevada concentración de gente. De hecho, han tomado como referencia las fiestas para mayores que suelen celebrarse en diferentes localidades gallegas y por eso, según Caamaño, lo más grave que puede ocurrir es, entre gente mayor, que haya una "descompensación de enfermedades crónicas". "La más peligrosa es una avalancha", reconoce, pero la descarta enseguida: "Todo va a estar muy bien organizado".

El 061 va a presentar una guía de consejos que Presidencia deberá publicitar. Básicamente, sintetiza Caamaño, se recomendará a quienes tengan una enfermedad crónica que traigan escrita su medicación para saber sus antecedentes, además de aconsejar comida y bebida, ropa de abrigo y de lluvia y calzados cómodos y calcetines que abriguen. "Va a ser algo tranquilo. No es un concierto, donde hay excesos", augura Caamaño, quien concluye que el dispositivo está "bien dimensionado, con capacidad de respuesta". "Nosotros confiamos en poder responder a todo", concluye.

Por otra parte, no estarán solos en esta labor. Unos 360 voluntarios de Protección Civil y 160 del Xacobeo, coordinados por la Xunta, estarán en guardia todo el día para colaborar en la resolución de cualquier tipo de incidencia.