La Xunta repetirá gobierno bipartito tras las elecciones del 1 de marzo. El estudio de la empresa Ipsos para FARO DE VIGO revela que el Partido Popular sería la formación más votada pero se alejaría de la mayoría absoluta (38 escaños) que necesitaría para gobernar, al cosechar entre 35 y 36 diputados. En consecuencia, según este trabajo demoscópico, el socialista Emilio Pérez Touriño continuaría al frente de la Presidencia gallega si logra revalidar el apoyo parlamentaria del Bloque Nacionalista Galego que lidera Anxo Quintana. Pese a la victoria final, el bipartito no lograría, sin embargo, marcar una gran distancia frente a los populares, que mantendrían un suelo electoral muy considerable.

El índice de participación, uno de los elementos que manejan algunos estrategas electorales como clave para definir la distribución de fuerzas, será sensiblemente inferior al de los últimos comicios. Entonces acudieron a votar el 64.3% de los votantes. El 1-M iría el 61%.

El estudio de Ipsos retrata un paisaje electoral gallego que, en lo sustancial, no diferiría de lo vivido en los últimos cuatro años, aunque con matices importantes. El primer aspecto relevante es que el Partido Popular sigue perdiendo votos en Galicia, pese que sea indiscutible su estatus de primera fuerza política. Según Ipsos, en la cita del 1 de marzo obtendría entre 35 y 36 diputados, uno o dos representantes menos que en 2005, cuando el cabeza de lista era Manuel Fraga. Este resultado lo sitúa a una distancia considerable de las 38 actas, que suponen la imprescindible mayoría absoluta. En porcentaje de votos, el PP se dejaría casi dos puntos en comparación a las elecciones de 2005 (43,6 frente al 45,2%) y regresaría a los dígitos obtenidos en 1989. Si así fuese, se frustraría la aspiración de Núñez Feijóo de recuperar San Caetano para los populares.

El Partido Socialista sería la formación más beneficiada el 1-M al sumar entre uno y dos escaños a los 25 que tenía en la pasada legislatura. La consecuencia de ello sería la reafirmación de Emilio Pérez Touriño como presidente de la Xunta por otros cuatro años. En cuanto al porcentaje de votos, el PSdeG prácticamente mantendría el que ya tiene (de 33,2% a 33%).

Anxo Quintana tendría garantizada su continuidad como vicepresidente de la Xunta al conservar sus actuales trece diputados o incluso podría sumar uno más. Esta cifra apenas le acercaría a los 17 escaños conquistados en 2001, cuando logró su techo electoral, pero les convertiría otro mandato en una fuerza imprescindible para conformar el nuevo bipartido, y, en consecuencia, tendrían notables responsabilidades en el Ejecutivo gallego. El Bloque perdería casi un punto porcentual respecto a lo obtenido en 2005.

En todo caso, la política gallega seguiría siendo cosa de tres. Esquerda Unida experimentaría un leve incremento que le permitiría franquear el 1% de los votos, muy lejos del 5% imprescindible. Unión, Progreso y Democracia, de Rosa Díez, debutaría en una contienda electoral gallega con el 1,6% de los sufragios, un datos que les dejaría fuera de la Cámara autonómica.