Caso Erial

El chófer que le llevaba sobres y 4 testigos de sus pelotazos desmienten a Zaplana

El exeurodiputado Luis Herrero-Tejedor confirma que era el exministro quien estaba interesado en la parcela de La Finca donde lograron un pelotazo de 3,4 millones

El expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, el primer día del juicio entra a la Ciudad de la Justicia rodeado de periodistas.

El expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, el primer día del juicio entra a la Ciudad de la Justicia rodeado de periodistas. / GERMÁN CABALLERO

Laura Ballester

El demonio está en los detalles, como demostraron los trece testigos que declararon ayer en el caso Erial citados por la Fiscalía Anticorrupción. Ocho hombres y cinco mujeres que en los últimos años se han cruzado en la vida del expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, o sus colaboradores. Y que con sus escuetas declaraciones -en la que están obligados a decir verdad- desmontaron algunos detalles de su estrategia de defensa.

Como los argumentos esgrimidos por Zaplana para justificar los pelotazos en la exclusiva urbanización La Finca o la propiedad del piso de la calle Núñez de Balboa, que el exministro achaca su amigo y testaferro confeso, Joaquín Barceló "Pachano"; el usufructo del barco Loix, mancomunado según el ministro. Tampoco le fue favorable la declaración del chófer que trabajaba en negro y transportaba "sobres". Ni la de los dos cambistas que confirmaron la entrega de dinero en metálico que les evitaba viajes a Andorra y que complican la defensa del contable de Zaplana, Francisco Grau. 

Las inversiones inmobiliarias de Zaplana y sus testaferros

El pelotazo de Zaplana en la exclusiva urbanización de La Finca lo confirmó el periodista y exeurodiputado del PP, Luis Herrero-Tejedor, amigo del exministro, quien confirmó que "era Zaplana quien tenía interés previo" en adquirir la parcela en la exclusiva urbanización "La Finca" ubicada en el prado de Somosaguas de Pozuelo de Alarcón. "Yo le presento a Luis García Cereceda, dueño de "La Finca", porque fui consejero de Procisa [la mercantil de Cereceda] hasta que me nombraron eurodiputado. Era el momento en el que se produjo la expansión de La Finca. Y a Zaplana y otras personas les dije: ‘Tenéis una oportunidad que es fantástica". Herrero-Tejedor incluso dio detalles de la visita al chalé piloto, con piscina particular con Zaplana y Pachano. "Hubo comentarios elogiosos y positivos por parte de Zaplana y Barceló porque el hijo de Eduardo [fallecido en 2011] necesitaba rehabilitación. Y Barceló me llegó a decir: "A mi me parece que es fantástica, si yo pudiera no compraba una, compraba varias’", declaró Herrero-Tejedor, como ya hizo ante la UCO de la Guardia Civil. Una versión que contradice la tesis que defiende Zaplana: que fue Pachano quien compró por 2,1 millones la parcela de La Finca que revendió al urbanizador por 4,3 millones en 2007, lo que les permitió dar un pelotazo de 3,4 millones, antes de impuestos. 

El conserje que confirma por qué usaba Zaplana el montacargas

Con estas plusvalías la empresa de Pachano, Costera del Glorio, compró el piso de la calle Núñez de Balboa que eligió y disfrutó Zaplana, como confirmaron ayer la trabajadora de la inmobiliaria que vendió el piso de 240 metros cuadrados y 1,6 millones en el exclusivo barrio de Salamanca de Madrid y el conserje de fin de semana del edificio. "La vivienda la enseñé al señor Zaplana, que mostró cierto interés en adquirirla", declaró la empleada de la inmobiliaria. Aunque el conserje de fin de semana del edificio desde 2014 hasta el 31 de diciembre de 2023, José Luis P. G., nunca vio al exministro en la finca, sí reconoció que heredó de su antecesor un listado con los inquilinos del edificio. Uno de ellos identificado como "Costero del Glorio (sic)-Eduardo Zaplana". Aunque el conserje declaró que "nunca vi entrar y salir a nadie en ese piso. Estuvo muchos años cerrado", sí desveló un detalle que desmiente una de las excusas vertidas por el exministro. Zaplana declaró que usaba el montacargas para acceder al piso porque "en el garaje cuando aparcaba el coche, solo hay un ascensor. [el montacargas]. No era por ocultación". Aunque el conserje dejó claro ayer que "al garaje no llega ningún ascensor. Hay que subir un tramo de escaleras para coger uno de los dos montacargas de servicio o el ascensor principal y así no se pasa por portería". Y así Zaplana también evitaba coincidencias con vecinos incómodas. 

El chófer de fin de semana y el de verano del exministro

También declararon ayer el chófer de fin de semana de Zaplana, que cobraba en negro y en metálico. Y el chófer de verano que capitaneaba su barco Loix, amarrado en el puerto de Campomanes de Altea. El primero, Francisco Javier G. H., taxista de profesión, admitió que entre sus tareas, además de llevar a Zaplana donde le indicara, también llevó sobres por indicación de la secretaria del exministro, Mitsouko Henríquez. "Sí, alguno he llevado. Me lo daba Zaplana o Mitsouko y lo llevaba a la persona que me decían". El trabajador, que cobraba "en metálico" y que no suscribió tampoco ningún contrato (a pesar de haber sido Zaplana ministro de Trabajo) ha explicado al tribunal del caso Erial que desconocía lo que contenían los sobres. "No sé lo que contenían los sobres. Nunca pregunté qué contenían". El chófer admitió que no tenía ningún tipo de contrato firmado con Zaplana. "Cobraba como si fuera la carrera de un taxi. Hacia un precio, se lo decía, concretábamos cantidad y ya está. Me pagaba Mitsouko en metálico". Él también abonaba el garaje y la gasolina para el Audi Q7 que usaba Zaplana y, después, "me lo pagaba Mitsouko", respondió a preguntas del fiscal Anticorrupción del caso Erial.

El testigo se hizo un lío al responder al abogado de Zaplana sobre la cantidad de sobres que pudo llegar a transportar. Un lío que desenredó cuando fue advertido por el presidente del tribunal del caso Erial que incurrir en el delito de falso testimonio conlleva penas de cárcel. "Llevé dos como los de [Joaquín] Barceló, los otros eran sobres normales, que contenían como billetes de tren. Y sobres más grandes ninguno. Eran sobres normales". Una afirmación que llevó a preguntar al presidente del tribunal a qué se refería con "sobres normales". El chófer gestualizaba, apurado por la contradicción en que incurría al decir primero que sólo había transportado dos sobres, frente al resto que eran "normales". "¿Pero cuántos ha transportado usted?", le apretó el presidente del tribunal. " Habré llevado diez sobres o más", admitió finalmente el chófer de Zaplana que dejó de trabajar para él en 2018, cuando el exministro fue detenido.

El segundo chófer que declaró, Felipe S. A. de profesión patrón de pesca, sí facturaba a Zaplana a través de su empresa Decuria Consulting "por hacer de chófer y patron del barco Loix. Era el cochófer en la Comunitat Valenciana, porque cuando lo llevaba a Madrid, ya tenía su propio chófer de Telefónica", declaró. Este capitán de yate desmontó la versión del exministro de que la embarcación Loix era mancomunada con otros amigos. "Zaplana era quien utilizaba el barco", declaró. Preguntado por los presuntos copropietarios, fue tajante: "Estas personas no utilizaban el barco. Yo trabajaba para el señor Zaplana. Me encargaba de que el barco estuviera a punto para las salidas del señor". También declaró una trabajadora de la empresa gestora del puerto de Campomanes en Altea, quien confirmó que la embarcación Naikamo, adquirida por el empresario acusado Carlos Gutiérrez Mondedéu a nombre de la empresa Promivola, fue embargada y retirada por impago del puerto. "Se la llevaron, yo presenté una denuncia ante la Guardia Civil. Una copia se la envié a Mitosuko, la persona de contacto en el programa" de gestión de los amarres. La trabajadora desconocía que Mitsouko era la secretaria de Zaplana.

Los cruceros con amigos por el Mediterráneo

La jornada finalizó con la declaración de Felipe del Baño, exdiputado del PP y actualmente comisionado para la lucha contra la violencia sobre la mujer de la Conselleria de Servicios Sociales e Igualdad. Del Baño admitió su relación "profesional y de amistad" con Zaplana. De ahí que realizara tres viajes en barco con el exministro y el grupo de amigos de aquella época. "Las fechas y el nombre del barco no lo recuerdo pero en un viaje estuvimos por Francia, Italia y Croacia", ha respondido a preguntas del fiscal. "Íbamos amigos y conocidos de la política. Gregorio Fideo, Elvira [Suanzes] porque eramos amigos que siempre y estábamos juntos en aquella época". También ha reconocido que viajó a gastos pagados. "Yo iba invitado. Por cortesía abonas una cena o algunas copas. Pero el viaje en sí no lo pagué porque iba invitado".  

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