La exvicepresidenta de la Junta de Castilla y León Rosa Valdeón aseguró ayer que no se va a "apegar" a su escaño en el Parlamento autonómico, aunque ante las demandas de la oposición para que lo abandone, reconoció que es el presidente regional, Juan Vicente Herrera, el que no quiere que lo haga.

Valdeón explicó que cuando planteó la decisión irrevocable de dejar sus cargos en el Ejecutivo después de triplicar la tasa de alcoholemia permitida al volante, fue Herrera quien le pidió que esperase unos días a que se aclarase la situación.

Valdeón apeló a sus "principios" y su "ética" para no dejar pasar "el minuto uno" tras esta situación, lo que la llevó a aplicarse el criterio que ella misma ha usado para otros políticos: "A los políticos se les exige un trato muy superior a los ciudadanos y yo lo he defendido siempre, no me he callado en ese sentido".

La dirigente popular cuestionó que ella aún no haya tenido acceso al atestado del accidente denunciado por un camionero al que al parecer rozó cuando conducía por la A-6 y, en cambio, sí haya informado de su contenido "algún medio local que le tiene además especial afecto".

Preguntada por las voces en su propio partido que piden su marcha de las Cortes de Castilla y León, incluso desde su provincia de origen, Zamora, Valdeón afirmó que no se va a "apegar a ningún cargo", pero apostillando que será Herrera quien se lo tendrá que decir.