En 2011 los ciudadanos con derecho a voto en Castilla-La Mancha eligieron 49 diputados, pero el Gobierno de María Dolores de Cospedal decidió reducirlos a 33. De este modo la representación de las dos principales fuerzas políticas, PP y PSOE, se ha visto reducida de forma cuantitativa. Eso sí, ambos partidos perdieron diez puntos de apoyo cada uno, un castigo que solo pudo aprovechar Podemos. El PSOE, representado en la comunidad por Emiliano García-Paje, podría formar gobierno si llega a un acuerdo con Podemos. Los socialistas suman 14 representantes, por los tres de los miembros de la formación morada. Cospedal tiene 16 representantes y, a menos que PP y Podemos no logren una confluencia para facilitar la investidura de García-Paje, perderá su cargo como presidenta de la junta. Ciudadanos, que obtuvo solo un punto menos de apoyos que Podemos, no obtuvo representación. El resultado de ayer es un golpe duro para Cospedal no solo como candidata popular, sino como secretaria general del PP.