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La industria de automoción

Los proveedores gallegos implantados en México, en guardia por el "efecto Trump"

El nuevo presidente de EE UU anunció en campaña que pondrá tarifas de hasta el 45% a los coches importados del "Detroit azteca" - Una quincena de firmas viguesas opera en el país

Detalle de uno de los procesos de producción del Grupo Valver

La inesperada victoria del republicano Donald Trump en Estados Unidos (EE UU) ha puesto en guardia a la industria de automoción asentada en México. El nuevo presidente norteamericano anunció durante su campaña electoral a la Casa Blanca que pretende imponer unos aranceles de entre el 35% y el 45% a los productos -incluidos vehículos y componentes- importados desde México, lo que podría cercenar el crecimiento de este sector en el país hispano, que solo desde 2010 ha recibido inversiones superiores a los 20.000 millones de euros por parte de multinacionales extranjeras, incluidas algunas estadounidenses como Ford, General Motors (GM) o Chrysler (FCA). En México operan en la actualidad más de una quincena de proveedores, auxiliares e ingenierías viguesas, que cruzaron el charco para establecerse en el Detroit azteca.

La apuesta de Trump por el made in USA puede jugar una mala pasada a los constructores de coches asentados al otro lado de la frontera. Multinacionales de todo el mundo, la mayoría asiáticas (Honda, Mazda, Hyundai-KIA), pero también norteamericanas y europeas (como BMW o Audi), apostaron por establecerse en México por su menor coste laboral y su proximidad a EE UU, su principal mercado. De hecho, Trump criticó con dureza en plena campaña a Ford por sus planes para construir una nueva planta en San Luis Potosí (en México DF) para trasladar allí parte de la fabricación del Focus y el C-Max, que actualmente se realiza en territorio estadounidense.

De imponerse nuevas trabas al comercio entre ambos países norteamericanos, el sector del automóvil será uno de los principales damnificados, lo que afectará a más de una quincena de empresas gallegas, la mayoría de Vigo. El auge del Detroit azteca (solo en la región de El Bajío hay una veintena de fábricas de automóviles) en los últimos años atrajo a firmas de componentes, auxiliares e ingenierías, algunos en plena implantación, como Viza Automoción, que está construyendo una planta en el municipio de Huejotzingo, cerca de Puebla, para fabricar armaduras de asientos para los modelos que el grupo alemán Volkswagen producirá en el país, y otros en proceso, como Aludec, que prepara su desembarco con una fábrica de componentes decorativos para interior y exterior del automóvil.

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México es con Portugal uno de los principales destinos de internacionalización del motor vigués. Las primeras firmas gallegas en asentarse allí fueron Marsan e Izmar, en alianza con la mexicana FerreBaztan, con la que crearon la joint venture Itech Grupo. Después les tocó el turno a Demsu y EYP (Trimechanics), al consorcio vigués Copo y a la ourensana Hispamoldes. Copo se estrenó con una fábrica de tejido en Silao, mientras que el primer fabricante gallego de moldes montó una planta en Puebla. Otra auxiliar que dio el salto a México fue la miñorana Esypro, con filial en Celaya. Tampoco dudaron en recorrer más de 9.000 kilómetros en busca de negocio Gecoinsa, Soltec, Vigotec y Tecdisma, entre otras. Y tienen oficina comercial Valver, Movelco y Aníbal Metalmecánica Gallega.

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