Todo se remonta a la edición de 2012 de la Feria Internacional de la Industria Naval de Vigo, Navalia. El certamen, que se celebró a finales de mayo, contó con la presencia de la cúpula de Petróleos Mexicanos (Pemex), encabezada por su ex director general, Juan Suárez Coppel, que aprovechó la visita a Galicia para anunciar un convenio de colaboración con la Xunta para construir siete remolcadores en astilleros de la comunidad. Fue durante la estancia en Vigo de los responsables del gigante de los hidrocarburos cuando Barreras, que por aquel entonces todavía se encontraba en concurso de acreedores, movió ficha a través de la Consellería de Industria para organizar un recorrido por la factoría de Beiramar.

En esa visita por las instalaciones de Barreras la cúpula de Pemex mostró su interés por una maqueta en especial, el Edda Fides, el mayor buque residencia del mundo, entregado a la naviera noruega Ostensjo Rederi catorce meses antes. Según relató el propio presidente de Hijos de J. Barreras, José García Costas, aquel encuentro fue el germen que derivó primero en la toma de control del astillero vigués por parte de Pemex (a través de su subsidiaria PMI Comercio Internacional) y segundo, en la adjudicación del flotel. A ese primer contacto siguieron meses de negociaciones, la mayoría de carácter técnico, entre el personal de Pemex y Barreras.

Pero en otoño de 2012, cuando el contrato parecía cerrado, Pemex Exploración y Producción (PEP), subsidiaria del grupo mexicano, sacaba a concurso público la construcción y el servicio de dos buques residencia, en parte para garantizar la independencia del proceso al tratarse Pemex de una empresa pública, y también por las presiones de los constructores navales aztecas, interesados en que los barcos se quedasen en el país. Barreras se presentó entonces a la licitación de la mano de PMI Norteamérica, que también se asoció con Navantia-Ferrol para la construcción de una segunda unidad, con un proyecto calcado del de Barreras. En el proceso participaron navieras y astilleros de los principales polos de construcción naval del mundo, y a la fase final pasó una decena de firmas.

El fallo del concurso se retrasó hasta en cinco ocasiones en los últimos meses para aclarar cuestiones técnicas, como ya publicó FARO. En un principio, PEP había previsto la resolución del concurso en septiembre del año pasado; después, a comienzos de noviembre, y luego el 27 de ese mismo mes, el 6 de diciembre, el 30 de diciembre y, por último, el 28 de enero. El director general de PEP, Carlos Gil, afirmó la semana pasada en una entrevista a una emisora mexicana que la fecha del martes era la definitiva y que no se producirían nuevos retrasos, al tiempo que avisó de que ganarían las ofertas más económicas.

Por la experiencia atesorada en buques similares como el Edda Fides, desde Barreras se calcula que la construcción del flotel aportará carga de trabajo para dos años y unos 1.500 trabajadores del astillero y las industrias auxiliares en épocas de máxima actividad. El presupuesto inicial para la embarcación era de 145 millones de euros.